Andy y Bárbara Muschietti pasaron raudos por Buenos Aires para apoyar el lanzamiento de la película Flash, una mega apuesta de los estudios Warner donde esta dupla ha funcionado de maravillas nuevamente, él como director y ella productora de este tanque cinematográfico, cuyo estreno está programado para este jueves 15 de junio en la Argentina.
Los hermanos Muschietti son dos argentinos extraños. Es decir: todos los argentinos somos algo extraños. Pero ellos dos más que el resto de nosotros. Él, Andy, un metro noventa y cinco de altura, peinado rockabilly, ojos lánguidos de galán, podría reemplazar tranquilamente a Harrison Ford en una nueva saga de Indiana Jones.
Ella, Bárbara, blonda y casi tan alta como su hermano (“ojo, es que llevo tacos”), podría en cambio ser la versión joven y moderna de Linda Evans en una potencial remake de Dinastía. Pero no hay nada de eso.
Ellos volvieron a su país (ya habían estado aquí cuando las campañas de prensa de It e It 2) para presentar este filme donde el velocista escarlata cae en una Tierra distinta. Y tal como su héroe, ellos dos parecen vivir en su propio universo paralelo. Uno es director de cine, y la otra su productora.
Unidos por el terror y la fantasía
Él es menor que ella. Ella es mayor que él. Los Muschietti sean unidos, porque esa es la ley primera. Y desde niños, en el norte del GBA, los unieron la lectura fantástica y el cine de ficción y terror.
“Andy y yo salimos del mismo agujero, tuvimos la misma educación -dice Bárbara-. Y tuvimos las mismas fuentes de inspiración durante 17 años de nuestras vidas”.
-¿A saber? ¿Cuáles fueron esas inspiraciones?
Bárbara: Todo el cine que veíamos era el mismo. Porque en vacaciones de invierno no nos íbamos afuera. Papá y mamá, por dos semanas, nos dejaban ir al cine todos los días y a veces veíamos dos películas en un solo día. Era la época donde los padres dejaban ir a los chicos solos al cine y después iban a buscarlos. A veces nos volvíamos solos, caminando.
Andy: Íbamos mucho al autocine en… ¿cómo se llamaba esa calle?
-Bárbara: La General Paz. Y teníamos libros fantásticos. (Isaac) Asimov, (Stephen) King… nos dejaban leer lo que quisiéramos.
Salir al mundo
Viaje a lo inesperado fue también el que emprendieron Bárbara y Andy cuando decidieron que querían traspasar las fronteras de la Argentina y probar suerte en el exterior.
Todo comenzó hace medio siglo, en un barrio de la localidad de Vicente López. Allí, los hijos de Miguel Muschietti descubrieron muy tempranamente que su padre era un cinéfilo empedernido. Y, por supuesto, de él heredaron su pasión por la pantalla de plata.
Andy: “Mis padres nos expusieron desde muy temprano a películas de toda clase. Mi papá volvía del cine y nos contaba las películas que nosotros no podíamos ver. Y como siempre le gustó la narrativa, estaba tres o cuatro horas contando películas como Blade Runner o Rambo».
«Después íbamos a ver la película, pero nunca estaba tan buena como su relato. Mi amor por el cine viene por los cuentos que nos contaba mi viejo. A mi mamá también le gustaba el cine”, recuerda el director.
“Empecé a perseguir como obsesiva al supervisor de producción. Yo tenía cero experiencia, era un pollito -evoca-. Después me fui a seguir el rodaje en Hungría y en Londres. Y en esa película le conseguí un trabajo a Andy. Pude meterlo de asistente de producción. Yo siempre supe que quería trabajar con mi hermano. Aunque como hermana mayor soy un poco más metódica que él.”
-¿Es verdad que en Hollywood los conocen como “Los Gemelos Fantásticos”? De alguna manera son parecidos a ese dúo de hermanos súper héroes que también pertenecen a DC Comics…
Andy: Ah no, pero me gustaría… Jajaja. Los cómics son parte de nuestra primera infancia. Yo compraba las revistas de Novaro, las coleccionaba (NdeR: una editorial mexicana que traducía al español los comics de DC y los distribuía en toda Latinoamérica desde los ‘50).
Y con Flash fue una especie de reencontrarme con el personaje después de bastante tiempo de no leer cómics. Fue fascinante. Yo lo había dejado de leer y en ese espacio creció mucho. Los nuevos guionistas le dieron mayor profundidad y además el asesinato de su madre, el encarcelamiento de su padre le crearon un trauma al personaje.
Bárbara: La vulnerabilidad de los súper héroes. ¡Porque los súper héroes infalibles son un plomo! No hay ningún tipo de empatía.
Primer corto y ayuda de Guillermo del Toro
“Hola soy Guillermo del Toro y estoy aquí para presentarles Mamá, del cual surgió el largometraje del mismo nombre. Están a punto de ver un corto que es de los más breves, pero más aterradores que he visto en mi vida”. Así presentaba en YouTube ese trabajo el director de La forma del agua.
Mamá se filmó durante dos años y fue estrenado en 2008, con una muy buena crítica de la prensa especializada cuando se proyectó en el Festival de Cine Fantástico de Sitges.
Cinco años más tarde, con el estreno comercial de la versión larga, Bárbara decía: “Guillermo es como un profesor que comparte su conocimiento. Gracias a él, hemos aprendido mucho desde lo técnico, creativo e incluso comercial. Nos dio consejos muy valiosos, y hemos tenido mucha suerte al poder trabajar con él”.
Cuatro años después les surge la posibilidad de entrar por la puerta grande de Hollywood con el estreno arrasador de It. Una película tan taquillera que incluso destronó a la clásica El Exorcista (1973) . Y mal que le pese a William Friedkin (su director), los Muschietti lo pasaron por encima de manera arrolladora recaudando más de 700 millones de dólares con el payasito malo.
Un poco (más) de historia
Pero hagamos un nuevo flashback (ya que estamos con Flash) porque antes de todo esto, y cuando nadie los conocía, los Muschietti decidieron mudarse a Barcelona. Y junto con ellos también se fueron sus padres.
“Yo vivía en Londres y Andy en Buenos Aires -cuenta Bárbara-. Era el año 2000 y pensábamos trabajar juntos en Buenos Aires. Pero acá estaba todo por explotar, se palpaba la crisis. En ese momento le ofrecen a Andy dirigir unos cortos publicitarios en Barcelona. Y hacia allá nos fuimos los dos.”
“Empezamos en la misma productora, yo hacía trabajos más internacionales y él hacía publicidad para el mercado español -sigue-. Al año abrimos nuestra propia productora y le dije: ‘Hagamos un corto’. Lo hicimos y estuvo un montón de tiempo guardado porque teníamos mucho trabajo publicitario”.
-Se hace difícil hablar de ustedes en forma individual. Aunque seguramente los roles están bien delimitados y cada uno sabe hasta dónde llegar con respecto al otro.
Andy: Nuestros dos trabajos están bien delineados. A nivel creativo no hay un trabajo diario, pero ella expresa sus inquietudes en cuanto a lo que yo estoy creando con los guionistas. Y supongo que ella le gusta mucho lo que hago porque no me molesta tanto…
El rápido ascenso de Flash
Flash (personaje creado por Robert Khaniger y Carmine Infantino como reinvención de uno anterior) apareció por primera vez en 1956 en una revista (también propiedad de la DC Comics) llamada Showcase. La misma tenía como objeto darles lugar a héroes menores.
Pero el relámpago rojo no sólo corrió, sino que levantó vuelo. Pasó a integrar La Liga de la Justicia junto a Batman, Superman, Linterna Verde y la Mujer Maravilla, y además fue el inventor del recurso conocido como teoría de los universos paralelos.
La película dirigida y producida por los Muschietti tiene, además, una serie de detalles que harán las delicias de los fans más rabiosos del veloz corredor. A saber: es una de las primeras películas de superhéroes que no se engolosina tanto con esos larguísimos diálogos de telenovela y muestra mucha más acción. De movida, los primeros diez minutos son electrizantes.
-¿El cine fantástico funciona como un paliativo de la cruda realidad reinante?
Bárbara: Obvio que sí.
ET en cambio muestra a una familia rota que es más naïf, pero más esperanzadora. El extraterrestre de ET es más humano que los aliens de Encuentros cercanos.
Sin dudas que Andy y Bárbara son, respectivamente, el director y la productora de moda en el género fantástico en Hollywood. Sus nombres resuenan también como posibles responsables del próximo Batman. En tanto, en Flash, lo convencieron a Michael Keaton para que vuelva a calzarse la capucha para hacer una versión avejentada del Justiciero Gótico.
-¿Quién lo convenció a Keaton?
Bárbara: Lo invitamos a comer. ¿Podés creer que llegó trotando? Venía con el guion hecho un rollito abajo del brazo.
Andy: Le hice un pitch de la película y le hablé de mis expectativas sobre su personaje. Una de ellas era encontrarlo a Bruce Wayne en el estado en que lo encontramos en la peli. Eso se lo pensó y después fue punto de muchas discusiones. Pero aceptó y fue genial, porque pudimos conocerlo a él como persona.
Hinchas confesos de Independiente, en Flash los Muschietti aprovecharon para mostrar ese amor. Por eso es que aparece en los primeros quince minutos del filme un primer plano con un termo y un mate de Independiente. El mismo que le dieron a Stephen King para su breve cameo en It.
“Y en la escena post créditos, se ve que enfrente de la casa de Barry Allen hay una pizzería. ¿Y cómo se llama esa pizzería?”, pregunta Andy. “¡Bochini!”.
Andy: Nosotros no tuvimos ningún problema con Ezra durante la producción. Es un actor superlativo, que no había tenido la oportunidad de brillar, porque había hecho películas independientes o papeles secundarios. Es un pibe, tiene treinta años. Una persona con un gran corazón, que ayuda a comunidades indígenas en los Estados Unidos.
Nosotros tenemos mucha empatía por la gente que necesita ayuda y sobre todo en el plano de la salud mental. Y Ezra está muy comprometido con su recuperación.
WD