Los Denver Nuggets tienen este lunes la cita más importante de su historia. Con un triunfo ante su público, el equipo del serbio Nikola Jokic gritará campeón de la NBA por primera vez, pero para ello tendrá que batir -desde las 21.30 de Argentina, con televisación de ESPN2 y Star+- a unos Miami Heat que suelen crecen en la adversidad.
En sus primeras Finales en 47 años en la liga más competitiva del básquetbol mundial, Denver tiene una cómoda ventaja de 3 a 1, que refleja su dominio sobre los Heat de Jimmy Butler, que parecen haber perdido la fuerza y la motivación en el momento decisivo de sus sorprendentes playoffs.
Las estadísticas invitan a pensar que los Nuggets -liderados por Jokic, un pivot con un talento único para asistir a sus compañeros- culminarán con éxito su fabulosa temporada, en la que lograron el primer lugar de la Conferencia Oeste y despacharon sin mayores problemas en las primeras rondas de la postemporada a los Timberwolves de Karl Anthony Towns (4-1), los Suns de Kevin Durant (4-2) y los Lakers de LeBron James (4-0).
Si quiere evitarlo, Miami deberá protagonizar una remontada histórica. Es que de los 36 equipos que se vieron 3-1 abajo en unas Finales, solo uno fue capaz de alcanzar el anillo. Fue la versión 2016 de los Cleveland Cavaliers, que, con el propio LeBron a la cabeza, le dio vuelta la serie a los todopoderosos Golden State Warriors de Stephen Curry.
Los Heat, el equipo que nunca se rinde, sueña con repetir esa hazaña, que está todavía muy presente en la memoria de aficionados y jugadores de la NBA. Tan viva está que todavía puede ser relatada a sus compañeros de Miami por el veterano ala pivot Kevin Love, quien era socio en aquel entonces de LeBron en Cleveland.
«Podemos hacerlo. Hay cosas que corregir, obviamente, pero no es imposible», recalcó el viernes Butler, minutos después de perder el segundo partido seguido en su cancha por 108 a 95.
«Nuestra moral está muy alta, siempre lo estuvo. Sabemos lo que podemos hacer. No hemos llegado hasta acá para dejarlo ahora», analizó la estrella de la franquicia de Florida en la previa del quinto juego. «Sí o sí tenemos que ganar los próximos tres juegos».
Miami, dueño de tres anillos, hizo honor en estos playoffs al espíritu de lucha implantado por su legendario presidente, Pat Riley.
Sacaron un agónico boleto a playoffs en el segundo partido del repechaje y a partir de ahí fueron rompiendo pronósticos. Primero eliminaron a los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo (4-1), el mejor equipo de la fase regular, luego a los New York Knicks (4-2) y finalmente a los Boston Celtics (4-3), los vigentes subcampeones.
Butler y compañía fueron el segundo equipo en alcanzar unas Finales partiendo como octavo sembrado y aún creen que pueden ser el primero que alcance el anillo. Encima, podrían recuperar para el partido de esta noche su escolta Tyler Herro, inactivo desde que se lesionó la mano derecha en el primer duelo de los playoffs ante los Bucks. Según la cadena ESPN, Herro, mejor sexto hombre de 2022, todavía tiene molestias en la mano operada pero, con su equipo contra las cuerdas, se espera que este lunes haga el intento de jugar.
«Somos un grupo increíblemente competitivo», recalcó el prestigioso técnico de Miami, Erik Spoelstra. «Todo lo que hemos logrado era difícil y así va a tener que ser ahora. Nos tenemos que concentrar en regresar vivos a Miami (para un sexto juego) y entonces las cosas pueden cambiar muy rápido».
En Denver, el técnico Michael Malone espera que sus jugadores no caigan en un exceso de confianza y cierren la misión de ganar el anillo que se les escapó a sus anteriores leyendas, como Carmelo Anthony o Alex English.
El título coronaría a un equipo forjado a fuego lento, que adquirió a sus líderes en drafts donde no contaba con las primeras elecciones y los desarrolló siguiendo un plan a largo plazo, para compenetrarse a un nivel que está fascinando a la NBA.
Jokic, la joya que descubrieron en el puesto 41 del draft de 2014, ya ganó dos premios MVP de temporada y ahora acaricia el galardón de mejor jugador de estas Finales, en las que está promediando un impresionante promedio de 30,8 puntos, 13,5 rebotes, 8 asistencias y 1,5 tapones por juego.
Jamal Murray, elegido en el séptimo lugar en 2016, se afianzó como estrella de una liga que aún no lo consideró para jugar un All Star.
El base canadiense volvió a lo grande -según reveló Malone gracias a una combinación de «artes marciales, meditación y visualización»- después de perderse toda la temporada pasada por una grave lesión. Y tiene una media de 23,3 puntos y 10,5 asistencias en estas Finales, una combinación que nadie lograba en esta instancia desde Magic Johnson.
De la mano de todos ellos, los modestos Nuggets quieren ser tachados el lunes de la lista de 11 equipos sin anillo.
«Lo más complicado será no dejarnos llevar por la emoción. Tenemos que terminar el trabajo. Estamos listos. Vamos a salir a la cancha bien concentrados y listos para competir. Es un partido que tenemos que ganar», anticipó Jokic. «Sé que es una gran oportunidad, todos lo sabemos».
Con información de AFP y EFE