Los líderes de Juntos por el Cambio cerraron filas para respaldar en conjunto al gobernador Gerardo Morales. Acusaron al Gobierno de buscar desviar la atención de la desaparición de Cecilia Strzyzowski en Chaco.
La jornada de violencia en Jujuy precipitó una imagen de unidad impensada en Juntos por el Cambio, a cuatro días del cierre de listas. Patricia Bullrich fue la primera en tomar la palabra, a su lado estaba su rival interno Horacio Rodríguez Larreta y en el reducido salón de la sede partidaria del PRO sobre la calle Balcarce también se amuchaban referentes del radicalismo, la Coalición Cívica y otros dirigentes como Miguel Pichetto y José Luis Espert.
De ese modo los integrantes de la coalición opositora cerraron filas para respaldar a Gerardo Morales, cuestionar al Gobierno y en particular al kirchnerismo por las protestas en Jujuy, denunciar el presunto fogoneo de los episodios de violencia desde Buenos Aires, atribuirlos a una maniobra para desviar la atención de la desaparición de Cecilia Strzyzowski en Chaco y replicar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que había expresado “preocupación” por las acciones de la Policía de Jujuy.
“Denunciamos el accionar del Gobierno. El caos es la última herramienta que le queda al kirchnerismo. Es su modus operandi y nosotros no los vamos a permitir, vamos a defender uno por uno los votos”, advirtió Bullrich en el inicio de la conferencia de prensa.
“Esto es el kirchnerismo, el gobierno nacional promoviendo la violencia para frenar el cambio en marcha en toda la Argentina. Es un antecedente de lo que van a hacer el 10 de diciembre cuando nosotros gobernemos», consideró Rodríguez Larreta, luego de que hablaran en el mismo sentido Maximiliano Ferraro, Martín Lousteau, Miguel Pichetto, José Luis Espert y Sergio Abrevaya.
En la foto confluyeron dirigentes alineados con Bullrich, como Cristian Ritondo, Luis Naidenoff y Fernando Iglesias, con el sector liderado por Rodríguez Larreta integrado por Lousteau, Ferraro, Espert, Pichetto y dirigentes del PRO como Eduardo Macchiavelli.
Los rivales del PRO incluso coincidieron en cuestionar a la CIDH: la ex ministra de Seguridad aseguró que tenía “la cancha inclinada” y el alcalde porteño consideró una “irresponsabilidad” el pronunciamiento.