Una de las mujeres afectadas, Verónica Salvo, contó a El Patagónico que entre los años 2014 y 2016 se desempeñó como integrante de la Policía de Chubut en Comodoro Rivadavia y que fue separada definitivamente de la fuerza a partir de una “causa armada” por el entonces jefe de la comisaría de Laprida, Fredi Vera, quien dijo que la acosaba, y otros dos efectivos –una mujer policía- que inventaron un sumario porque “no le seguía la corriente” a Vera.
Verónica entró a la fuerza en 2014 “para darle un mejor futuro a mi hijo”. Al año siguiente –dijo- empezaron los acosos de Vera, quien le prometía mejores condiciones laborales en el Centro de Instrucción.
Finalmente se produjo el ostracismo. En la comisaría de Laprida no le designaban servicios adicionales y quien era también agente, Vanesa Viltes, “inventó que yo le había apuntado con el arma reglamentaria”.
Esa noche se retiraba de la comisaría cuando fue interceptada por dos compañeros que la quisieron esposar “como si fuera una delincuente” y la obligaron a volver. Después de largas horas retenida y sin su teléfono celular, “Vera me pidió el arma y los cargadores, sin firmar nada, y me devolvieron el celular”. En menos de 24 horas, desde la Unidad Regional la notificaron de la disponibilidad preventiva durante tres meses.
Verónica se asesoró legalmente y fue reincorporada para cumplir funciones, “en la alcaidía local como castigo”, hasta que accedió a una licencia maternal.
En diciembre de 2016 retomó su trabajo y “me enteré de la destitución que firmé en disconformidad”. Desde ese año, presentó recursos judiciales en Rawson y en 2021 realizó “la denuncia ante la Fiscalía por los delitos de abuso de autoridad y falta del cumplimiento del deber público contra Fredi Nicolás Vera, Laura Entraigas y Vanesa Viltes. Eso quedó en la nada, hablé con la fiscal Camila Banfi (hoy integrante del Superior Tribunal de Justicia) que tenía la causa y la denuncia quedó encajonada”, lamentó la mujer.
Aseguró que “atrás de todo esto hubo, por parte del jefe Vera, un acoso laboral y sexual. En la policía siempre pasan estas cosas y cuando uno no se suma a su jueguito empezaron a buscar las mañas para sacarme de una u otra forma”.
OTRA DESTITUCION IRREGULAR
En su peregrinar burocrático buscando justicia, Verónica conoció a Yamila Gudiño, quien también fue separada de la fuerza por razones poco claras. A partir de entonces, ambas luchan juntas para alcanzar la rehabilitación administrativa y, por ende, el alta administrativa para desempeñarse dentro del ámbito estatal de la provincia.
Yamila -también madre de dos niños- fue separada de la institución por “una causa inventada” y nunca más volvió a desempeñarse como policía. Ahora trabaja en un comercio (“en negro”) y tiene que solventar un costoso tratamiento médico para uno de sus hijos.
La problemática con las mujeres de la fuerza se volvió recurrente. Hace pocas semanas, en la Unidad Regional de Comodoro Rivadavia separaron al segundo jefe, comisario Andrés García, por acosar a una subordinada que era su secretaria.