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Se va el Itaú: qué pasó con las inversiones brasileñas en Argentina en los últimos años


Las grandes firmas de ese país, que habían llegado después de 2001, se empezaron a ir antes del último éxodo.

La salida del Banco Itaú ​de la Argentina es un eslabón más en la serie de compañías de todas las nacionalidades, incluidas las brasileñas, que no le encontraron la vuelta al país y decidieron buscar mercados menos turbulentos para hacer sus negocios.

Solo en el rubro financiero, ya hace un año el Itaú había anunciado el cierre de Ank, sa apuesta al segmento fintech. Bradesco, el segundo banco privado de Brasil, que aquí tenía una pequeña oficina con clientes corporativos, la cerró. Y el Banco Patagonia, propiedad del Banco do Brasil, estuvo en venta hace un par de años, pero no encontró comprador.

Las inversiones brasileñas en la Argentina tuvieron picos tanto de llegada (cuando la economía repuntó tras la crisis de 2001 en los primeros años del kirchnerismo) como de partida (desde hace unos 10 años). Aterrizaron Petrobras, Vale, Camargo Correa, BRF y los principales frigoríficos, como JBS, Marfrig y Minerva. Y así como vinieron, algunas también se fueron yendo.

Petrobras, que vendió el grueso de sus operaciones a Pampa Energía, en 2016, el año pasado anunció la venta de lo que quedaba de sus activos: Petrobras Operaciones, cuyo único activo era el 33,6% del yacimiento petrolífero de Río Neuquén.

Las últimas salidas fuertes de compañías del país vecino se dieron en los últimos años, con el éxodo de Petrobras, de la minera Vale y del gigante de los alimentos BRF. Pero luego, hubo períodos en los que a causa de las reiteradas crisis locales, firmas del país vecino paralizaron sus plantas o mantuvieron una mínima producción, como fue el caso de la fabricante de zapatillas Dass, en Misiones, o los frigoríficos JBS (Swift) y Marfrig (Paty, Goodmark).

También se dio otro fenómeno. Empresas multinacionales que se fueron del país llevaron sus líneas de montaje a Brasil, para abastecer a la Argentina desde el país vecino. Así sucedió con parte de la producción de pinturas para autos de la alemana BASF, que se trasladó a Sao Bernardo do Campo. Y algo parecido sucedió con la autopartista Saint Gobain Sekurit, que mudó a Brasil parte de su operación local.

De todo el mundo

En verdad, las firmas brasileñas no fueron las protagonistas de la última ola de salida de empresas que arrancó con la pandemia, que estuvo liderada por las chilenas, como Falabella y Latam. También vendieron sus operaciones locales firmas de Estados Unidos, como Walmart, Nike o Under Armour. 

Entre las últimas en partir, está la aseguradora colombiana Sura, que le vendió su negocio al Banco Galicia. La española Inditex (cadena de indumentaria Zara), que también cedió sus operaciones, la alemana Edding, OLX Autos o la láctea francesa Lactalis.

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