Fue la segunda película argentina candidata a un Oscar, pero nadie daba un peso por ella a días de su debut en los cines. Se cumplen 40 años del estreno de Camila, de María Luisa Bemberg, con Susú Pecoraro como el personaje del título e Imanol Arias como Ladislao, el padre jesuita del que se enamora la protagonista.
El filme tenía escenas de sexo, algo poco habitual para el cine nacional, que venía de sufrir la censura del llamado Ente de Calificación del Instituto del Cine. Y fueron esas secuencias, más unas frases, unos diálogos, más el desenlace trágico, lo que volvieron famosa a la película.
Cómo no recordar el encuentro entre los personajes, cuando Camila se choca con el padre Ladislao, con ella con los ojos vendados. La próxima vez que Camila los tenga vendados, estará al lado de Ladislao, cuando los fusilan. O algunos diálogos (“¿Qué voy a hacer contigo, Camila?”. “Lo que usted quiera, Padre”) y el del final (“¿Ladislao estás ahí?” “A tu lado, Camila”).
Los comentarios previos al estreno en el que era el denominado barrio del cine, entre las calles Lavalle y Tucumán, y Riobamba y Junín, donde estaban las distribuidoras, allá por 1984, no auguraban el éxito que merecidamente el filme luego tuvo.
«La» escena. Ladislao y Camila, jugando al gallito ciego. Fotos Archivo ClarínEstábamos bien pegados al arribo de la democracia, que levantó definitivamente la censura, y por eso Bemberg, que venía de dirigir Momentos, con Graciela Dufau y Miguel Angel Solá, y Señora de nadie, con Luisina Brando y la propia Susú Pecoraro, pudo filmar como quiso la historia de Camila O’Gorman.
Camila y Ladislao vivieron un amor prohibido, y durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas en Buenos Aires, en la primera mitad del siglo XIX.
En un contexto de represión (el mandato de Rosas dividió a la sociedad entre los federales que lo seguían, y los unitarios, opositores liberales), Camila O’Gorman, criada en una familia tradicional con normas estrictas, se enamora de Ladislao Gutiérrez, un joven jesuita. Desafían las normas de la época, y huyen juntos, provocando un escándalo en Buenos Aires.
Susú Pecoraro tenía 30 años cuando estrenó «Camila». El personaje tenía 19.Pero Camila no fue la única en la familia en patear el tablero en cuanto a cuestiones amorosas. La abuela de Camila, Marie Anne Périchon de Vandeuil, más conocida como «Perichona”, había sido amante del virrey Santiago de Liniers. La interpretó Mona Maris, que había triunfado en Europa y Hollywood en los años ’30 y ’40, en la que sería su película póstuma.
Cuánto influyó en el pensamiento libre de su nieta es algo que el filme también aborda. Camila compra libros prohibidos por Rosas, y el dueño del lugar, don Mariano (Oscar Núñez) es decapitado por los seguidores de Rosas. Su cabeza es expuesta en la puerta de la iglesia.
Fue escrita por Bemberg junto a Beda Docampo Feijóo y Juan Bautista Stagnaro, y producida por Lita Stantic. Ganó el premio a la Mejor actriz en el Festival de La Habana, en 1985.
María Luisa Bemberg, con sus protagonistas. la película la vieron más de 2.500.000 espectadores.Los protagonistas eran jóvenes. Pecoraro tenía 30 años (su personaje tenía… 19) cuando estrenó Camila, e Imanol Arias, 28. Pecoraro cuando fue contactada por Lita Stantic, dijo que no. Cuando le contó del ofrecimiento a Ana María Picchio, ésta le dijo que estaba loca si desechaba esa oportunidad.
Imanol Arias llega porque se hizo una coproducción con España, una de las primeras del cine argentino. No sólo eran bienvenidos los dólares de Europa, sino que también se abría la posibilidad de que, si la temática no gustara a los argentinos, en España pudiera tener una carrera comercial que consiguiera cubrir al menos los gastos.
El presupuesto del filme era alto para el cine argentino (370.000 dólares, que para poner en contexto inclusive fue mayor que el de Mad Max, 350.000 en 1979).
Antes del fusilamiento. El melodrama de época transcurre durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas.Y no, no es que Imanol Arias trabajara su acento para modificarlo y hablar como un coterráneo de Camila. Arias fue enteramente doblado por Lelio Incrocci.
El rodaje también marcó el regreso, tras la dictadura y las amenazas de la Tripe A, de Héctor Alterio.
Alterio tiene el récord de ser el actor que tuvo papeles trascendentales en las tres primeras películas argentinas que compitieron por el Oscar a la mejor película hablada en idioma extranjero (La tregua, Camila y La historia oficial, que finalmente sería la primera en ganarlo), y tiene un cuarto título candidato, El hijo de la novia.
Ellos. Y la mirada feminista de Bemberg, apenas regresaba la democracia a la Argentina.Bemberg le impregnó de su mirada feminista a la historia. Camila no es una joven débil, sino que apuesta por sus deseos. Tampoco era muy común hace 40 años que una mujer se sentara en la silla de la dirección.
Homenaje con Imanol Arias
Y este martes 28 de mayo habrá un homenaje a la película que realizará el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a través de la Buenos Aires Film Commission, en la Sala Lugones del Teatro San Martín. Se espera que asistan Susú Pecoraro, Imanol Arias (que está en Buenos Aires con la obra Mejor no decirlo) y la productora Lita Stantic.
Todo comenzará a las 18.30 en el Hall Alfredo Alcón del Teatro San Martín. Allí los integrantes del elenco y equipo técnico dialogarán con el público que se acerque. Cabe destacar que allí, en el Hall, habrá elementos originales de la película, que pertenecen a la muestra estable del Museo del Cine.
Camila (Pecoraro) junto a su padre (Héctor Alteruio) y su abuela «Perichona» (Mona Maris). Al finalizar el diálogo, a eso de las 20 horas, se realizará una proyección especial de Camila en la Sala Leopoldo Lugones. Las entradas para la proyección se podrán retirar de forma gratuita en la boletería del teatro el mismo día de la función, a partir de las 18, por estricto orden de llegada.
La película estrenó el jueves 17 de mayo de 1984, a menos de cinco meses de que Raúl Alfonsín asumiera la presidencia de la Nación. Curiosamente, se dice que el inicio del rodaje de Camila fue ese 10 de diciembre de 1983.
Y fue un éxito instantáneo, como los que había hacía exactamente diez años atrás, con La tregua, La Mary, Quebracho y La Patagonia rebelde.
Fue vista por más de 2.500.000 espectadores y tuvo aquella nominación al Oscar, en un rubro que ganó la suiza Juegos peligrosos, del director francés Richard Dembo, con Michel Piccoli y Liv Ullmann, nada menos. Fue el año de la consagración, por parte de la Academia de Hollywood, del Amadeus de Milos Forman.