El Gobierno logró la aprobación en el Senado del paquete fiscal, un conjunto de medidas destinadas a engrosar la recaudación. El combo incluye el blanqueo de capitales, uno de los puntos que fue aprobado casi en su totalidad con excepción de algunos cambios que restringen el acceso a los beneficios y excluyen algunos bienes contemplados en la versión previa.
El régimen permite regularizar activos no declarados de hasta US$ 100.000 sin pagar el impuesto especial. Y para montos superiores, contempla alícuotas progresivas en tres etapas del 5 al 15%, salvo que los fondos permanezcan depositados en cuentas especiales del sistema financiero argentino hasta el 31 de diciembre de 2025 o sean destinados a «instrumentos financieros» a ser definidos por el Poder Ejecutivo.
Pese a la caída de la suba del impuesto a las Ganancias y los cambios en Bienes Personales, la iniciativa fue aprobada por unanimidad. De esa manera, el Congreso avanzó en una medida que ya se aplicó antes al menos en siete ocasiones, con resultados dispares.
Cuáles fueron los cambios al blanqueo
Entre las principales novedades, se eliminó el artículo que permitía blanquear a los extranjeros, pero manteniendo la posibilidad para “personas humanas no residentes que fueron residentes fiscales argentinos” (artículo 20). Y se suprimió la regularización de inmuebles registrados «a nombre de sujetos empresas» (artículo 35 a 40).
Esta opción permitía que las empresas locales titulares de inmuebles en el país reconozcan que fueron testaferros de personas humanas del país con relación a tales inmuebles. Así, se la autorizaba a transmitir la propiedad del inmueble a la persona humana sin asumir costos fiscales más que el impuesto especial del 5%, 10% o 15%, según la etapa de exteriorización.
Otro de los cambios es la extensión de la restricción para blanquear a quienes fueron funcionarios en los últimos 10 años (el texto original planteaba 5 años) y se precisó que los hermanos de funcionarios, que habían quedado en un limbo, tampoco puedan acceder. Además, se excluyó del régimen a las principales contratistas del Estado y se eliminó la posibilidad de blanquear criptomonedas.
Frente a la crítica sostenida de que los beneficios para los blanqueadores son demasiados, el Ejecutivo aceptó incrementarle el porcentaje del Impuesto a las Ganancias a quienes exterioricen activos. También se incorporó un artículo que plantea la coparticipación de lo recaudado, a pedido del kirchnerismo.
Dudas de los tributaristas
Para los especialistas, las modificaciones implican una limitación importante respecto al régimen «flexible» que buscaba crear el Gobierno, en un intento por reforzar la base de recaudación de Bienes Personales y las reservas con el ingreso de dólares fuera del sistema financiero.
«Si bien en su origen realmente se trataba de un blanqueo “amplio” en cuanto a los sujetos convocados a incorporarse al régimen (ya que contemplaba tanto a los residentes del país, ya sean humanos o empresas, como sujetos del exterior respecto de los bienes que tengan aquí y no hayan sido exteriorizados), creemos que hoy ya no lo es si lo comparamos con el que propiciaba el Poder Ejecutivo en su génesis», señaló Alejandra Sarni, socia de Impuestos & Legales, BDO en Argentina.
Por otra parte, los tributaristas advierten que el rechazo a la rebaja en Bienes Personales y el régimen especial de adelanto del gravamen de los próximos 5 años a una tasa menor hará fracasar el blanqueo. Esa reducción agresiva de impuestos era una «zanahoria» para incentivar la adhesión a la exteriorización de bienes.
«Es muy importante tener en cuenta que difícilmente tenga éxito el blanqueo si no se modifica el impuesto sobre los Bienes Personales para darle un mínimo de razonabilidad. Sería absurdo pensar que alguien va a querer blanquear para luego estar sometido a un impuesto confiscatorio», señaló en una columna Martín Caranta, socio de Lisicki Litvin.
Para Sarni, «el rechazo de la unificación de las alícuotas para los bienes del país y del exterior (antes 1,75% y 2,25%), el aumento del Mínimo no Imponible ($100.000 millones y Casa-Habitación a $ 350.000 millones) y la disminución gradual de las alícuotas para llegar al año 2027 con una tasa del 0,25% prácticamente hacen impensable que los contribuyentes ni siquiera evalúen la posibilidad de adherirse al mismo».
«Para que un blanqueo resulte exitoso deben estar dadas las condiciones y que se verifiquen, al menos, los dos aspectos que garantizan tal resultado: en primer lugar, la confianza y la credibilidad en el Poder Ejecutivo. Y, adicionalmente, el acompañamiento de un plan económico que le otorgue sentido y la existencia de un plan sistémico que se dirija hacia la desaparición de los tributos distorsivos o a la reducción de aquellos con alícuotas exageradamente elevadas que los tornen confiscatorios», dijo la especialista.
NE