En medio del luto por los asesinatos registrados en Llallagua, Evo Morales exigió a la Asamblea Legislativa una ley que le permita postularse. Dijo que esa norma sería la única vía para detener los asesinatos.
El exdictador responsabilizó al Gobierno por la violencia y pidió que se garantice la participación de todos los actores políticos. Su intervención se produjo en su radio Kawsachun Coca. Allí, evitó referirse a los policías asesinados por sus milicias armadas.
Morales insistió en que la represión se origina por la persecución política. Acusó a las fuerzas del orden de usar balas de guerra en los operativos de desbloqueo.
Según su versión, desde el Cuartel General de Miraflores salieron las armas utilizadas. También sugirió que Luis Arce es el responsable indirecto de las muertes. “Van a seguir habiendo muertos”, indicó.
Durante su monólogo, Morales evitó condenar los ataques en Llallagua. En lugar de eso, defendió a sus delincuentes armados y califico sus acciones como luchas del pueblo. Dijo que él no convocó a los bloqueos, pero aseguró que son imparables.
Así mismo, afirmó que no tiene cargos en organizaciones sociales. Sin embargo, sigue identificándose como líder del “movimiento más grande”.
No le interesan las muertes, solo que lo habiliten
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El exdictador centró su discurso en su inhabilitación y dijo que es víctima de proscripción política. Cuestionó la realización de la Cumbre Multipartidaria porque no fue invitado.
Según Morales, ese evento responde a intereses extranjeros. Señaló al Comité Cívico y a un supuesto “grupo Harvard”.
En sus palabras, Morales volvió a sugerir que Estados Unidos controla la política nacional. Afirmó que los organizadores de la cumbre se comprometieron a impedir su retorno al poder.
Sostuvo que desde el extranjero se decidió bloquear el regreso de la izquierda al gobierno. En ese marco, pidió que se priorice el diálogo y la reconciliación. Pero condicionó todo a su habilitación como candidato.
El entorno de Morales respalda la propuesta
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La propuesta de Morales fue respaldada por exautoridades y dirigentes afines. El exministro Javier Zabaleta la calificó como una “salida política necesaria”. Afirmó que, si no se aprueba la ley, las consecuencias serán “terribles”.
Zabaleta, advirtió que la situación ya se ha desbordado y culpó al Gobierno por no impulsar soluciones. También, remarcó que la paz solo se logrará si todos los actores son incluidos. Aseguró que los impedimentos jurídicos pueden ser superados con voluntad política.
Así mismo, indicó que la Asamblea Legislativa tiene el deber de viabilizar la participación de Morales. Dijo que no se puede excluir a ningún actor relevante. Y llamó al oficialismo a actuar con “cordura”.
Mientras tanto, las protestas y los bloqueos continúan en varias regiones. Los enfrentamientos han dejado cinco personas fallecidas. Entre ellas, cuatro policías y un comunario.
Las autoridades aseguran que los operativos son necesarios para restablecer el orden. Pero los sectores evistas insisten en que se trata de represión.
Morales se solidarizó brevemente con las familias de los policías muertos. Sin embargo, evitó profundizar en esos decesos, solo dijo que nunca compartió ese tipo de acciones. Pero no las condenó de manera directa y volvió a atacar al Gobierno por su accionar.
En su discurso, también lanzó críticas contra Andrónico Rodríguez. Lo acusó de hacer pactos para mantenerse en la carrera electoral. Dijo que PAN-BOL, que le había prestado su sigla, fue anulado por acuerdos políticos.
Según Morales, Rodríguez forma parte del grupo que quiere eliminarlo de la contienda. Esa afirmación incrementó la tensión dentro del MAS.
No frenará la violencia de sus milicias
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Los discursos del sindicado por pedofilia han sido interpretados por muchos como una forma de presión. La violencia que rodea a las protestas parece estar siendo usada como argumento político.
Morales vincula la paz directamente con su candidatura. Pero evade responsabilidades sobre los hechos recientes. Esa ambigüedad ha generado alarma en varios sectores.
El Gobierno, hasta ahora, no ha respondido formalmente a la propuesta del exdictador. La Cumbre Multipartidaria continúa su curso sin la presencia de Morales. Mientras tanto, los bloqueos persisten y el país sigue en vilo.
Las muertes en Llallagua marcaron un punto crítico en la crisis. Y el debate sobre la candidatura de Evo sigue polarizando al país.
Los pedidos de diálogo de Morales contrastan con su falta de condena clara a la violencia. Mientras exige su habilitación, las víctimas de los enfrentamientos siguen aumentando.
La justicia aún no capturó a quienes asesinaron a los policías en Llallagua. Tampoco se ha definido el rol de los dirigentes en esas acciones. Y las tensiones no parecen disminuir.
La postura del exmandatario ha sido cuestionada por analistas y activistas. Consideran que usar la violencia como argumento para viabilizar una candidatura es riesgoso.
El exdictador Evo Morales es señalado de chantajear al país con más muertes si no se le permite postular. Esa narrativa, dicen, es incompatible con un sistema democrático. Y deja a la Asamblea en una posición delicada.