Dólar y economía: la advertencia del economista más escuchado por Milei
El reconocido economista habló sobre la prioridad que el Gobierno le da al tipo de cambio y el nivel de actividad económica actual
14/08/2025 – 19:12hs
Luego de la suba de más del 13% en el tipo de cambio durante el mes de julio, el mercado atraviesa un momento de incertidumbre, previo a dos elecciones fundamentales. En esta línea, Ricardo Arriazu, uno de los economistas más prestigiosos del país, resaltó que el Gobierno tiene como “prioridad número uno que no se le escape el tipo de cambio, digan lo que digan”.
La exposición del prestigioso economista incluyó, en gran parte, cuestiones de muy corto plazo que fluctuaron entre el valor del dólar, su impacto en precios, el nivel de actividad económica, la balanza comercial y un “cisne negro” que parece haberse convertido en “cisne blanco“.
Dólar y economía: para Ricardo Arriazu, “la gente dice que la Argentina no cambió”
Todos esos puntos tuvieron a la desconfianza como punto de partida. “La gente dice que la Argentina no cambió”, afirmó Arriazu. Esta declaración ocurre dos meses antes de la elección que definirá la futura conformación del Congreso, donde el Gobierno se jugará qué tan viables son las reformas acordadas con el Fondo Monetario Internacional, así como su política de disciplina fiscal. En el horizonte más cercano asoman los debates por el Presupuesto 2026 y la reforma impositiva, que es reclamada por el sector privado.
Según el economista, dicha desconfianza se manifiesta en el valor del riesgo país. Arriazu consideró que debería estar en el orden de los 500 puntos, pero la citada incertidumbre lo lleva a cifras más altas. “Mientras ese riesgo subsista, las tasas de interés van a ser muy altas y la presión sobre el dólar va a ser muy alta”, indicó.
Con respecto a todo lo que se desconoce sobre el devenir de la economía argentina, Arriazu analizó que el impacto en precios del movimiento del dólar durante julio fue muy bajo debido a que “nadie sabe si el actual nivel del tipo de cambio es permanente o temporal”, además de que también influyen otras variables.
Entonces, el economista focalizó su mirada en el comportamiento del Gobierno mientras el tipo de cambio flota entre bandas. Por un lado, dijo que, según su visión, el Ejecutivo abandonó su deseo de llevar el dólar a la banda inferior. Aunque también analizó: “Yo creo que el Gobierno no va a dejar que el tipo de cambio toque la banda superior, que se sienten cómodos entre $1250 y $1320, y que van a hacer lo imposible para impedir que llegue a la banda superior. ¿Qué instrumentos van a utilizar? Política monetaria e intervención en el mercado de futuros”.
A su vez, Arriazu mostró un gráfico mediante el cual expuso que desde la liberación del cepo el sector privado compró u$s9.000 millones. “Unos u$s3700 (millones) fue a depósitos, de los cuales se prestaron u$s1.000 millones”, describió. Acto seguido, definió: “El crédito fue menor al crecimiento de depósitos. Eso es netamente recesivo y explica parte del estancamiento”.
El economista postuló la idea de que desde abril la actividad económica “se estancó”. Acto seguido, compartió un gráfico en el que comparó el nivel de estimador mensual de actividad económica de cada sector con su máximo histórico. Solo “explotación de minas y canteras” se encuentra en su pico. Las actividades más alejadas de lo que marcaron en su mejor momento son Pesca (-58,2%), Otras actividades de servicios comunitarios, sociales y personales (-31,3%), Hoteles y restaurantes (-26,3%) y Construcción (-25,7%).
“¿Qué pasaría si hoy todas las actividades estuvieran en su máximo histórico? Eso me da un PBI un 14% más alto que el actual en términos reales”, proyectó.
En paralelo, Arriazu habló sobre el consumo privado, que muestra números positivos. Explicó que la compra de autos y otros bienes durables empuja al indicador, ya que hace que ese dinero que se gasta para eso no se dedique para otra erogación. Por lo tanto, habló de un marco de “tremenda heterogeneidad”. Finalmente, indicó que hay un “cisne blanco“, en alusión a la defensa del superávit fiscal del Gobierno ante los “torpedos” que amenazan el equilibrio de las cuentas públicas. Esto último fue definido como un activo del poder Ejecutivo.