Jair Bolsonaro confesó haber intentado dañar su tobillera electrónica mientras cumplía arresto domiciliario, en el marco de la causa por intento de golpe de Estado.
El hecho quedó registrado en un video difundido por la Corte Suprema, en el que el ex mandatario aparece con el dispositivo colocado y marcas de quemadura visibles. Minutos después, la Justicia ordenó su detención preventiva bajo sospecha de que planeaba escapar.
En la grabación, Bolsonaro reconoce de manera directa lo ocurrido. Al ser consultado por una agente policial sobre el estado del monitor, respondió: “Metí un soldador ahí (por) curiosidad”. Las autoridades informaron que la manipulación del dispositivo fue detectada a las 00:08 del sábado, lo que activó las alertas por un posible intento de fuga.
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La orden de detención fue firmada por el juez Alexandre de Moraes, quien sostuvo que existía un “riesgo de fuga concreto” y una “amenaza al orden público”. En su resolución, el magistrado señaló que la maniobra coincidió con una manifestación convocada frente a la residencia del ex presidente por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro.
AFP / Sergio Lima
Según el fallo, “la información confirma la intención del condenado de romper la tobillera electrónica para asegurar el éxito de su fuga”, aprovechando la confusión que podría generar la movilización.
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La Policía Federal detuvo a Bolsonaro a las 6:00 en su domicilio de Brasilia, donde permanecía bajo arresto desde el 4 de agosto tras incumplir medidas cautelares. La prisión preventiva no supone el inicio de la condena de 27 años y tres meses impuesta en septiembre por la Primera Sala del Supremo Tribunal Federal, que lo consideró “jefe de una organización criminal armada” que intentó impedir la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva tras las elecciones de 2022. En el mismo fallo fueron condenados ex funcionarios y militares como Alexandre Ramagem, Anderson Torres, Mauro Cid y Walter Souza Braga Netto, con penas que van de 16 a 26 años.
AP / Luis Nova
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Tras su detención, Bolsonaro fue trasladado a una sala especial en la sede de la Policía Federal, equipada con baño privado, cama, mobiliario básico, refrigerador, televisión y aire acondicionado. Contará con atención médica permanente debido a su estado de salud, ya que padece secuelas de la puñalada sufrida en 2018 y ha reportado “crisis de hipo, vómitos y mareos”, según su defensa. El régimen de visitas quedará restringido y sujeto a autorización judicial.
Los abogados Celso Vilardi y Paulo da Cunha Bueno anunciaron un recurso ante la Corte Suprema y cuestionaron la medida. Manifestaron su “profunda perplejidad” y advirtieron que la decisión “pone en riesgo su vida”. También señalaron que Bolsonaro fue detenido “en su casa, con una tobillera electrónica y bajo vigilancia de las autoridades policiales”, y criticaron que la resolución se apoye en la vigilia convocada por Flávio Bolsonaro, defendiendo “el derecho de reunión y la libertad religiosa”.