Podría ser la trama de una película romántica: ella, tenista top, sale a dar una vuelta por Central Park agobiada por la exigencia del US Open; él la reconoce, le pide una selfie y le desea suerte; tres años después se casan en una ceremonia impactante y esa foto los acompaña día a día enmarcada en living de su casa. Pero la historia es real y se concretó hace unos días cuando Garbiñe Muguruza, ex número 1 del mundo, contrajo matrimonio con Arthur Borges en Marbella.
«Es de película total. Sabía que me casaría con él incluso antes de pedírmelo. Cuando nos conocimos, fue amor a primera vista y nos dimos cuenta muy rápido de que éramos una pareja ideal», le contó la ganadora de Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017 al derrotar a las hermanas Serena y Venus Williams, respectivamente, a la revista HOLA! España, la que mostró en exclusiva el álbum de fotos de su casamiento, celebrado el 5 de octubre -tres días antes de cumplir 31 años- en la finca La Concepción, una antigua fundición de hierro en el siglo XIX reconvertida en una estancia de más de 10.000 m² de jardines con palmeras, plantas tropicales y un centenario nogal americano, bajo cuyas grandes ramas tuvo lugar el banquete.
La novia llegó puntual a las cinco de la tarde a bordo de un Rolls-Royce Cornice, en el que la acompañó su madre, Scarlet Blanco. «Tenía muchas ganas de llegar, estaba lista supertemprano y solo tenía que esperar a coger el coche para presentarme allí», contó luego.
Recibida por su padre, José Muguruza, el encargado de llevarla hasta el altar armado debajo de una pérgola envuelta en buganvillas, Muguruza lució un diseño inspirado en las divas del Hollywood dorado, como Marilyn Monroe, del Atelier Pronovias, atemporal y muy femenino, con una impactante cola de dos metros.
La ceremonia fue oficiada en español, inglés, sueco y finlandés para los escasos 90 invitados, que llegaron desde Los Ángeles, Miami, Suecia, Finlandia y Dubái y entre los que estaban Conchita Martínez, que fue entrenadora de Garbiñe durante varios años, y Carla Suárez, junto a quien formó pareja de dobles. Durante el intercambio de alianzas, sonó Diamonds y los recién casados salieron con la balada Dancing on my own.
Un encuentro inesperado que terminó en casamiento
En Marbella. La espectacular pero íntima ceremonia entre Garbiñe Muguruza, ex número 1 del mundo, y Arthur Borges. Foto InstagramEra agosto de 2021. Hacía un año, en Australia 2020, Muguruza había vuelto a una final de Grand Slam -que finalmente perdió con Sofia Kenin. «Estaba en Nueva York compitiendo en el Abierto de Estados Unidos, un torneo muy importante, un Grand Slam y uno está centrado. Mi hotel estaba cerca de Central Park y aburrida en la habitación pensé en ir a dar un paseo por el parque. Salgo y en una de esas calles me lo cruzo caminando y de repente él se gira y me dice: ‘Buena suerte en el US Open’. Me quedé pensando ¡qué chico tan guapo!», confesó hace un tiempo en una entrevista.
«A él le gusta el tenis, cuando me vio, me reconoció y me deseó suerte, pero fue muy tímido. Y yo al verlo fue como guau, hola ¿quién eres? Y empezamos a hablar. Y sí, surgió un flechazo -recordó-. Pero como dices, yo no sabía nada de él y me gustó mucho que fuera de otro mundo, pertenece al mundo de la moda y el lujo. No forma parte del tenis y para mí fue algo importante, que no sea todo tenis en mi vida».
Ese 2021, la española lo cerró como campeona de la Copa de Maestras. Fue entonces cuando posaron por primera vez juntos para la prensa. Y, poco tiempo después, él abandonó su vida en Nueva York para apoyar la carrera de ella: «Fue muy valiente, dejó todo lo que tenía en Nueva York y se vino conmigo a viajar y a apoyarme en mi carrera, y aluciné un poco porque no todo el mundo tiene ese valor para apostar en el amor así tan rápido. Él fue me voy contigo porque siento que es lo que tengo que hacer. Y se mudó conmigo a Ginebra».
Mientras su relación avanzaba, su carrera entraba en una meseta por las lesiones y la falta de resultados. Entonces, se alejó por un tiempo y comenzó a recorrer el mundo con Borges, quien en mayo del año pasado se arrodilló y le propuso matrimonio durante un viaje romántico a Marbella.
“Él es una mezcla, como yo. Soy medio venezolana y medio española, así que nos entendemos. Compartimos esa sensación de ser ciudadanos del mundo”, agregó sobre Arthur, un ejecutivo del mundo de la moda y empresario, que tiempo atrás fue modelo de Tom Ford.
En medio de los preparativos de su boda, que organizó a la distancia desde su casa en Suiza, decidió retirarse del tenis. «Comparado con la competición, esto es superfácil», relativizó unos meses atrás. Ahora casada, seguirá vinculada al tenis, ya que es la nueva directora del WTA Finals, el evento de final de temporada de las ocho mejores tenistas del mundo que se disputará en Riad el mes próximo.