La 12 le dedicó cuatro canciones con diferentes tonos para la Pulga luciera la camiseta azul y oro.
Lionel Messi volvió a jugar en la cancha de Boca. No era la primera vez, ni será la última. El rosarino había sido local con la Selección Argentina por Eliminatorias ante Perú, Ecuador, Paraguay y Venezuela; más un amistoso frente a Haití. Pero la de este domingo fue una ocasión especial: el rosarino fue el invitado de lujo de Juan Román Riquelme, que recibió el espaldarazo que necesitaba de la Pulga para relanzar al oficialismo de Boca de cara a las elecciones de diciembre.
Entonces, Messi fue recibido con honores, pero lo cierto es que también por primera vez fue «visitante» en la Bombonera. Es una mera formalidad: el partido tuvo al Boca de Román como local y del lado de enfrente a un combinado de jugadores amigos de Riquelme que habían pasado por Boca y/o por la Selección que hicieron de partenaire necesario para que la fiesta fuera completa.
De hecho, el partido se armó con tan poco tiempo de antelación (Román hace 9 años que lo pospone, pero recién lo había confirmado hacía dos semanas) porque llegó la confirmación de la presencia de Messi.
Y si bien no hubo un trato hostil (ni siquiera para los jugadores con pasado en River como Javier Saviola, Pablo Aimar o Esteban Cambiasso), a Messi le insistieron para que se pusiera la camiseta de Boca. Primero en modo amistoso, después casi que lo apretaron y al final -aunque Messi no se puso la azul y oro- lo ovacionaron.
Desde la segunda bandeja, donde se ubica La 12, la barra brava de Boca, bajaron cuatro cantitos para Messi, cada uno con su tono. El primero ya le marcó la cancha: “Messi, Messi, Messi, me tenés que perdonar, en La Boca el más grande, el más grande es Román”.
Después, compusieron un tema un poco más alegre y distendido. El clásico teque, teque/toca, toca/ le pedimo’ a Leo Messi/ que se ponga la de Boca. Más tarde se escuchó: «Ponete la de Boca/ ponete la de Boca».
Pero después, cuando arrancó el segundo tiempo, ya el tono fue otro y se generó cierta incomodidad en el ambiente. ¿Quién se atreve a incomodar a Leo Messi? Che Messi, Che Messi, dejate de joder/ ponete la de Boca que te queremos ver, le cantaron luego. En ese momento, Messi dejó arrodillado al Mono Navarro Montoya y marcó el descuento de la Selección.
Enseguida salió reemplazado y lo volvieron a ovacionar: «Que de la mano, de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar», rugió la Bombonera. Y después, los hinchas de Boca le rindieron pleitesía con ese gesto que ya es marca registrada ondeando los brazos junto al grito de «Messi, Messi».
En el banco de suplentes, Messi dialogó con la TV Pública: «Es una sensación muy linda poder estar en su homenaje, lo que significa para el fútbol argentino, para Boca, una vez más en La Bombonera, un día muy especial, para disfrutar». Correcto como siempre, Messi se mostró con una sonrisa.
Con el partido terminado, llegó el cierre a puro color. El sponsor de Boca le dio un premio, Riquelme le entregó una plaqueta que Messi recibió junto a Leandro Paredes y Ángel Di María por el título mundial conseguido en Qatar; y también Román lo invitó a soplar las velitas de una torta azul y oro para celebrar el cumpleaños de ambos: Messi y Riquelme cumplen años el 24 de junio, el rosarino llegó a 36 y Román a 45.
Al final, Messi no jugó con la camiseta de Boca. Aunque nunca fue más de un club como este domingo, sin contar las veces -como la del sábado, en el homenaje a Maxi Rodríguez- que había jugado en el Coloso Marcelo Bielsa (se sabe que Messi es hincha de Newell’s). Leo jugó para la gente de Boca y eso a Riquelme no se lo podrá reprochar nadie. En el vestuario (según una imagen que se viralizó en las redes) Messi se puso las de Boca, aunque no fue la camiseta sino unas ojotas con los colores y el escudo del club. Misión cumplida.