Los caminos de Erling Haaland y Manchester City parecían estar destinados a cruzarse. La sangre tira, de eso no hay dudas, y la redención del apellido pareció ser una necesidad. Es que varios años atrás, antes de que el City sea el todopoderoso equipo que es en la actualidad, el padre del Androide supo vestir la casaca celeste.
Alf-Inge Haaland, que hoy tiene 50 años, fue futbolista profesional en los 90 pero su carrera terminó de forma abrupta. Comenzó jugando en el Byrne, de Noruega, donde debutó a los 18 años. A diferencia de su hijo, se desempeñaba como defensor, pero también pudo llegar a jugar en el fútbol inglés.
Su primer club fue el Nottingham Forest, donde se desempeñó desde 1993 hasta 1997, jugó 79 partidos y logró convertir 7 goles. Su siguiente club fue el Leeds, donde desembarcó debido al descenso del Nottingham y donde más partidos jugó. En total, fueron 87 presentaciones y 8 goles. Allí llegó el pequeño Erling.
Pero no sólo amplió la familia en Yorkshire. Sus prestaciones dentro del campo de juego le valieron una transferencia al Manchester City, que pagó cerca de dos millones de libras esterlinas por su ficha en el año 2000.
Pero hay que retroceder un poco en el tiempo. Es que no se puede explicar el final abrupto de la carrera de Alf-Inge sin volver a 1997. Más precisamente al 27 de septiembre. Aquel día Leeds venció a Manchester United por 1 a 0, pero lo más recordado es una jugada en la que Roy Keane se rompió los ligamentos por un cruce con el noruego, que se le fue al humo por creer que el siempre polémico irlandés estaba fingiendo en el piso.
Hace más de 20 años, el fútbol hizo que se cruzara con alguien más descomedido que el.
Keane no olvidó ese momento y, como dice el dicho, la venganza es un plato que se sirve frio. El clásico de Manchester,cuatro años después del altercado original, fue el escenario donde Keane ajustaría sus cuentas.
Los Diablos Rojos ya eran campeones de la Premier League, pero tenían la posibilidad de mandar al descenso a los Citizens, que todavía no tenían el petróleo de Emiratos Árabes Unidos como combustible de su economía. Ese encuentro pasó a la historia porque el destino quiso que una pelota dividida tuviera al noruego de un lado y al irlandés del otro. Haaland llegó antes y Keane, con mala intención, le pegó con extremada violencia en su rodilla.
“Había esperado mucho tiempo. Le golpeé jodidamente duro. La pelota estaba ahí, creo. Fue como decirle: ‘Tomá ésta, bastardo. Y no vuelvas a mirarme recriminándome simulaciones. Y no te pares nunca más sobre mí con desprecio, hablando de lesiones falsas”, confesó Keane en su biografía.
La acción culminó con el capitán del Manchester United expulsado de forma directa y con tres fechas de sanción. Pero para Haaland el castigo fue mucho mayor, ya que solamente pudo disputar dos partidos más en su carrera: uno con la selección noruega y otro con el City. Debió operarse, pero nunca más pudo volver a un campo de juego. Su retiro de forma oficial fue en 2003.
El Androide comenzó a jugar en el Bryne, equipo de la segunda división, donde debutó en 2016. Solamente disputó 16 partidos y no pudo anotar goles, pero eso no impidió que pudiera dar un salto importante en su carrera. En febrero de 2017, el Molde oficializó su fichaje y con 17 años ya era una de las máximas promesas de Noruega.
Ya en la elite y con mayor visualización, empezó a obnubilar al mundo por su porte (1,94 metro de altura), su gran capacidad física y su enorme olfato goleador. Las expectativas puestas en el eran grandes, como cualquier joven que irrumpe, pero él sobrepasó las expectativas. En 89 partidos, anotó 86 goles y repartió 23 asistencias. Fantástico. Descomunal. Y otro centenar de palabras pueden ser utilizadas describir su paso por el fútbol alemán.
Las ofertas no faltaron, y todas de los mejores clubes del mundo, pero cuando el Manchester City levantó el teléfono y se mostró dispuesto a pagar 60 millones de euros, Erling no dudó en ponerse la última camiseta que uso su padre y con la que tiene varias fotos cuando era pequeño.
Las especulaciones acerca de si encajaría o no en el sistema de Pep Guardiola, de si le daría para jugar en la mejor liga del mundo y podría mantener el ritmo acechante que tenia hasta ese momento fueron respondidas en su temporada debut. Campeón de Premier League, conquistó la FA Cup y este sábado buscará ser campeón de la Champions League.
Por Champions League, el desafío más importante de la temporada y la oportunidad histórica de que Manchester City pueda coronarse como campeón europeo por primera vez, aportó 12 goles en 10 partidos. Números estratosféricos.
Estambul será la primera cita grande del Androide. Su presencia asusta, dado que destila gol y es una amenaza constante. Más allá de su oportunidad de conquistar Europa con 21 años, su desafío radica en poder poner su apellido en lo más alto. Que se borren los fantasmas de la lesión de su padre y se lo empiece a relacionar con el implacable goleador que asusta y es sinónimo de gol.
Redimir es librar a una persona de un dolor o de una situación penosa. Erling jugará por la gloria, por la historia y por la sangre. Por la redención.