“Mis tres hijos me ayudaron a seleccionar algunos de los jugadores para Talleres cuando empezó mi ‘gerenciamiento’, como le dicen allá”. En la página 333 del libro ‘Derecho de réplica’ (Editorial Grijalbo, 2009), Carlos Ahumada Kurtz reconoce la incidencia que tuvieron sus vástagos -por entonces, adolescentes- en su breve y olvidable gestión por el club albiazul.
En su relato, el ex titular de Ateliers, la sociedad anónima que concesionó al fútbol de la ‘T’ entre el 5 de febrero de 2008 y 8 de setiembre de 2009, admite que delegó en sus descendientes (María Cecilia, Carlos Emiliano y Ana Lucía) parte de la responsabilidad del scouting, haciéndolos incursionar en un plano más realista del famoso juego ‘El Gran DT’.
Andrés Fassi, presidente de Talleres desde hace una década, siempre se consideró en las antípodas de Ahumada Kurtz, quien lo trató con desdén cuando el entonces directivo del Grupo Pachuca intentó un acercamiento para negociar una posible sucesión en la institución de barrio Jardín.
El declamado amor por Talleres, el eventual manejo de los destinos del Club León de México y algunos nombres en común entre sus laderos, asoman como simples coincidencias entre el exarquero de las inferiores de All Boys y Deportivo Lasallano y el otrora delantero de las fuerzas básicas de América y Toros Neza. ¿También la delegación de responsabilidades primordiales a miembros del entorno íntimo? Salvando algunas distancias, este ítem emparenta a los dos personajes, y parece dar la razón a quienes afirman que los extremos indefectiblemente se terminan tocando.
De arco a arco
Hasta el año pasado, Sebastián Fassi se dedicó a cumplir el sueño trunco de su padre: atajar a nivel profesional. Trotamundos del fútbol (jugó en México, Ecuador, Costa Rica, Uruguay y España), en Córdoba se hizo conocido por un posteo que publicó en sus redes sociales durante la disputa del Mundial de Qatar 2022, con una foto en la que lucía la camiseta del seleccionado azteca y la leyenda “Madre patria hay una sola”.
Meses después de haber colgado los guantes en La Nucía, equipo de la Segunda División española, el ex cuidapalos formado en Pachuca fue presentado, en enero pasado, como vicepresidente deportivo del club de barrio Jardín. “Finalizó un master deportivo en Fifa y está capacitado para este nuevo papel. Será una rueda de auxilio, un factor de cambio y alguien con visión futura en la institución”, se entusiasmó el mandamás de la ‘T’.
A la espera de una resolución definitiva del Tribunal de Arbitraje Deportivo, por la suspensión de dos años que le aplicó la AFA, la continuidad de Andrés Fassi como máxima autoridad de Talleres aún no está definida y no se descarta una abdicación a favor de un nuevo delfín.
Sebastián Fassi tuvo su bautismo de fuego el pasado 29 de mayo, en el Centro de Alto Rendimiento Deportivo ‘Amadeo Nuccetelli’, puesto a darle la bienvenida a Diego Cocca, el flamante entrenador de la ‘T’, con el vicepresidente 5°, José Ignacio Galloppa completando la escena.
“Este es un trabajo en conjunto entre el presidente y el área deportiva. No son decisiones lineales de una persona, sino que se busca un consenso entre todos, para tomar las mejores determinaciones”, explicó el hijo del presidente sobre su nuevo rol, que incluye la búsqueda de refuerzos en un mercado de pases clave para el Albiazul, que en el segundo semestre del año tendrá como objetivo primordial la permanencia en la Liga Profesional.
“Es un orgullo que mi hijo se pueda involucrar en forma permanente. Para mí es una tranquilidad tener a alguien de tanta confianza en el día a día de Talleres, ya que me permite poder cumplir con tantas otras obligaciones”, declaró Andrés Fassi, quien se reparte entre el máximo cargo dirigencial de Talleres y su rol de presidente deportivo del FC Juárez de México.
Asunto de familia
Desde el comienzo de su gestión en Talleres, en diciembre de 2014, Andrés Fassi buscó blindar la comisión directiva con gente de su más estrecha confianza. Entre otros nombres, el dirigente reclutó para la causa a su sobrino Gerardo Moyano Cires (vicepresidente 1°), a su tío Guillermo Carena (vicepresidente 2°), a su hermano Juan Bautista Fassi (secretario general) y a su primo Ignacio Vélez Funes (secretario legal y técnico). Promediando su quinto año de mandato, a mediados de 2019, el pope de la ‘T’ dobló la apuesta y designó a otro de sus hijos como director deportivo.
Juan Pablo Fassi no era un desconocido en Talleres cuando fue ungido como responsable del flamante Departamento de Desarrollo Deportivo. Hacía tiempo que el exmediocampista de Pachuca y Puebla de México venía colaborando con las tareas de visoría y reclutamiento de futbolistas.
Un año más tarde, Juan Pablo retornaría al fútbol uruguayo (había colgado los botines jugando para Fénix) como la cara visible del Grupo Fassi, la SAD que concesionó por un plazo de 25 años (con opción de renovación por otro cuarto de siglo) el activo fútbol del Club Atenas de San Carlos.
Lejos de romper el cerrojo, la inminente reforma del estatuto -un viejo reclamo de los sectores no alineados al oficialismo- podría afianzar el modelo personalista vigente desde 2014 en el club de barrio Jardín.
“Más allá de que pude haber hecho una carrera como jugador, sin ser una estrella ni mucho menos, lo que siempre quise fue trabajar junto a mi padre, aprender de él y sumar experiencia, para convertirme dentro de 10 años en el dirigente que quiero ser”, le aseguró por entonces al diario El País de Montevideo, en una entrevista que formó parte de una serie de artículos publicados bajo el título ‘Jóvenes al poder’.
Aquella experiencia en la Segunda División del fútbol ‘charrúa’, que incluyó la participación a préstamo de varios jugadores albiazules (Renzo Paparelli, Cristian Ojeda, Matías Sosa, Catriel Sánchez y Junior Arias) y la contratación del arquero Sebastián Fassi como principal refuerzo para la temporada 2022, quedó trunca con dos años y medio de recorrido. En ese lapso, pasaron siete entrenadores, entre ellos Diego Forlán, el Balón de Oro del Mundial de Sudáfrica 2010. “Los Fassi me sugerían a quien poner y sacar del equipo”, contó ‘Cachavacha’ al justificar su portazo.
En Talleres, Fassi sí apuesta por una gestión de largo plazo. Aún pendiente el fallo del TAS respecto a la suspensión que le aplicó la AFA, y que pone en vilo su continuidad en el cargo, el mandamás de la ‘T’ avanza en el proyecto de reforma de estatuto que habilite su re-re-reelección.
Hasta hace poco tiempo, el Plan B era bendecir a Moyano Cires, y tomar distancia de barrio Jardín para tratar de enfocarse en la expansión hacia el Viejo Continente de las inversiones de MountainStar Sports Group, el consorcio mejicano-estadounidense que tiene el manejo de FC Juárez.
La invisibilización de la figura del vicepresidente 1° y la creciente exposición del vicepresidente deportivo parecen direccionar la alternativa de la abdicación hacia un nuevo delfín. Otros retoques al estatuto, que hoy impone acreditar un pasado dirigencial para aspirar a un futuro como integrante de la conducción, también apuntarían hacia el nuevo objetivo.