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¿Argentina vuelve al radar? fondos de riesgo, calificadoras y hasta funcionarios del Departamento de Estado en Buenos Aires

Las proyecciones “optimistas” de un buen número de economistas y banqueros de todos los colores que se basan en la súper cosecha tras la sequía, los ahorros y las exportaciones que generará la energía y los ingresos de divisas por el litio en 2024; parecen haber trascendido las fronteras a juzgar por las consultas y los viajes al país que se verificaron en las últimas dos semanas. Hubo varios fondos de riesgo que anticipan la baja de tasa de EE.UU. y ven en Argentina la posibilidad de altos rendimientos. Otros, como la delegación de funcionarios del departamento de Estado, intentaron palpar en el terreno el clima político y económico. También se concretó la visita de calificadoras de riesgo como la de alto nivel que envió Standard ando Poor’s.

La reunión fue entre los dueños de algunas de las principales empresas y el consultor y politólogo más respetado del país. Con el pedido de no mencionar a los protagonistas, un asistente contó que esos empresarios se inclinan, preocupados por la gobernabilidad, más por Larreta que por Bullrich. Y que finalizada la charla le pidieron al consultor que se jugara. Esto es lo que dijo: “La credibilidad y la figura de Massa está deteriorada pero puede llegar al balotaje. El escenario más probable es una disputa entre él y Bullrich y en ese caso, Bullrich tendría más chances”.

En el mayor de los silencios, Patricia Bullrich solicitó meses atrás a un nutrido equipo que confeccione un plan de desarrollo económico. Está casi listo y será coordinado con el plan macroeconómico bajo la batuta de Luciano Laspina. En el plan de Desarrollo participó el economista con las mejores credenciales en temas de desarrollo, pero pidió reserva de su nombre. Aquí los otros autores de la propuesta: Federico Pinedo, Eduardo Amadeo, Daniel Montamat (energía), Luis Rappaport, Oscar Aguad (coordinación) Bernardo Saravia Frías (reforma del Estado) Luis Picat (agroindustria) y Mario Capello (minería).

En medio del clima electoral que vive la Argentina los textiles de Tierra del Fuego acaban de levantar la voz por considerar que “han quedado olvidados”. Ese sector es otro de los beneficiados por el régimen de promoción de la isla que, sancionado en 1972 exime de impuestos nacionales (IVA, Ganancias, derechos de importación y exportación) a toda actividad que ocurra dentro de la Isla. Hasta ahora, Alberto Fernández solo lo renovó para el sector electrónico hasta 2038. El caso de los textiles vence el 31 de diciembre.

Llamó la atención esta semana la aparición de José Luis Manzano esta vez como autor de un artículo académico. En la revista de la Fundación de estudios políticos y sociales para una nueva argentina, Manzano se presenta como presidente de Integra Capital. Y escribe acerca de las negociaciones comerciales del Acuerdo de la Unión Europea con el Mercosur. Citando a numerosos autores, sostiene que en medio de la guerra comercial entre Trump y Xi Jinping, “la estrategia europea es utilizar este tipo de acuerdos como instrumentos para incrementar su influencia política y liderazgo global”. Sostiene que este Acuerdo “es uno de los más importantes del mundo por su alcance: se integran dos bloques que conjuntamente representan una cuarta parte del PBI global, un tercio del comercio global -con más de US$ 100.000 millones de comercio bilateral- y un cuarto de la inversión extranjera directa, abriéndose un mercado potencial de 778 millones de habitantes”.

La mayoría de los sectores exportadores espera una caída significativa en sus ventas al exterior durante este año. De acuerdo a CERA, la cámara que los cobija, la culpa no es solo de la sequía. “Los principales desafíos de coyuntura —incertidumbre regulatoria, costos logísticos y dificultad en el acceso a insumos—, tienen origen en el marco doméstico. Los exportadores se financian principalmente con fondos propios. Tienen bajo acceso al sector bancario y financiero”, señalaron.

Las empresas de colectivo elaboraron el índice bondi. Pese a los multimillonarios subsidios concluyen que las pérdidas también son millonarias. Argumentan ante un precio promedio para la Capital y el GBA del colectivo de $ 33,42, el Estado subsidia con $ 172,17 cada boleto cuando el costo real es de 372,04 y la pérdida alcanza a $166,46. En el AMBA circulan 18.500 colectivos que pertenecen a 154 empresas que emplean a su vez a 50 mil personas y transportan a 10,3 millones de pasajeros por día.

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