En medio de la temporada de invierno en la que planifica una operación promedio de 300 vuelos diarios con una oferta de 1.430.000 asientos, el Gobierno sigue pasando la motosierra en Aerolíneas Argentinas con el objetivo de achicar la estructura para eventualmente privatizarla.
La compañía de bandera lanzó un nuevo programa de retiros voluntarios, el segundo en lo que va del año, que denominó «Retiro Gratificado». Al anterior ejecutado entre marzo y abril, al que adhirieron 200 colaboradores, se suma este con el que la empresa apunta a desvincular a alrededor de 500 empleados.
Desde principios de año, se fueron 480 trabajadores, entre retiros voluntarios, retiros jubilatorios y renuncias. De los 1.980 que había a comienzos de 2024, quedan 1.500.
Pese a haber quedado fuera de la lista de privatizaciones en la Ley Bases, el Gobierno insiste con buscarle un comprador. Desde la aérea, explicaron que las medidas se toman para que la compañía sea más atractiva, más allá de que hoy no existe un instrumento formal para disponer su venta.
Creada en 1950 por Juan Domingo Perón y privatizada en la década del ‘90, cuando pasó a manos del grupo español, el presidente Javier Milei busca que vuelva a capitales privados, luego de ser estatizada en 2008 en la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
La aerolínea forma parte del plan de fomento al turismo nacional que lanzó el Gobierno, con el que busca imitar al PreViaje, aunque sin devolución de crédito ni subsidios. La aérea ofrece 12 cuotas sin interés con tarjetas seleccionadas de entidades como BNA, Macro, Patagonia, Credicoop, Naranja X y Mastercard para viajar en estas vacaciones de invierno a destinos del país.
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