Mientras el futuro de Aerolíneas Argentinas sigue siendo un interrogante abierto, el Gobierno del presidente Javier Milei celebró que varias competidoras de la línea de bandera en vuelos de cabotaje continúen ampliando sus flotas y sumando rutas.
Primero fue el secretario de Transporte, Franco Mogetta, que republicó un comunicado de American Jet en el que la compañía solicita tripulaciones para nueve nuevos aviones de entre 50 y 100 asientos que comenzarán a volar a partir del 2025.
«En el marco de las políticas de cielos abiertos se siguen incrementando rutas que darán más conectividad a los argentinos y también nuevas fuentes de trabajo. La libre competencia con reglas claras harán grande al País, el monopolio que estamos destruyendo nada bueno ha generado», escribió el secretario en su cuenta de X.
Ese mensaje fue replicado por su compañero de Gabinete, el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, que al dato aportado por Mogetta sumó otros incrementos de flota en dos compañías más.
«9 aviones incorpora American Jet. En breve Flybondi suma 5 aviones y JetSmart sigue ampliando su flota. Y en solo semanas arrancan vuelos para tres ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires en una nueva aerolínea. VLLC!», escribió el ministro.
Estos últimos dos anuncios del ministro estarían relacionados con un reclamo que venían haciendo ambas compañías: poder traer aviones de matrícula extranjera al país para realizar vuelos de cabotaje.
El Gobierno les dio el ok y JetSmart ya anunció la incorporación de dos aviones, ambos de matrícula chilena (CC), para sumarse a los ocho de matrícula argentina (LV) que ya tienen en el país.
En ese mismo sentido, su competidora Flybondi -a través de su CEO Mauricio Sana- quiere llegar a una flota de 20 aviones para la temporada alta.
Ambos mensajes desde el Ejecutivo llegan en la misma semana en la que el presidente Milei, ante el freno que sufren en el Congreso los proyectos de ley para privatizar Aerolíneas Argentinas -más allá del decreto del Ejecutivo que ya declaró a la línea aérea sujeta a privatización-, amenazó que «si la ley no pasa, se la vamos a entregar a los empleados».
Tras esa declaración del martes, un día después se produjo otra novedad en el sector aeronáutico que se venía adelantando desde días antes. Fue la expulsión del sindicalista del gremio de pilotos Pablo Biró del directorio de Aerolíneas Argentinas, durante una asamblea de accionistas que consideró que su comportamiento jugaba en contra de los intereses de la compañía.
Así, aunque el gremio podría impugnar judicialmente la situación, Biró deja de ser uno de los cinco directores de Aerolíneas, cargo que hasta ahora ejercía en representación del Programa de Propiedad Participada (PPP) de los trabajadores. No se descarta que con el verano pueda llegar otra vez la alta conflictividad con los sindicatos, que tuvo un pico hace poco y que obligó a suspender vuelos en Aeroparque y Ezeiza.
D.D.