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Justo a tiempo: las lluvias le dieron aire al trigo y chance a la siembra de maíz en una gran parte del país

Cuando los cultivos de trigo ya habían comenzado a deteriorarse y la posibilidad de sembrar maíz de fecha temprana se esfumaba en gran parte del área agrícola, llegaron las lluvias como una bendición para muchos productores argentinos. Los caminos y campos convertidos en barro dejaron postales que hacía rato no se veían en varias zonas productivas.

En las redes sociales se multiplicaron los mensajes de alegría y hasta emoción de los beneficiados por las precipitaciones del fin de semana. Aunque también la decepción de los que quedaron afuera del reparto de agua de las tormentas que parecen marcar «oficialmente» el inicio de El Niño. “Por mis pagos, Bigand, llovió 108,5 milímetros. En Junín, entre 50 y 60 milímetros. ¡Vuelve el alma al cuerpo! Ahora sí, a volver a soñar con maíz”, expresó Mónica Ortolani en su cuenta de X.

En la zona de Carlos Tejedor, cayeron solo 20 milímetros, “es poco pero arrancó, que es lo importante; los pronósticos daban de 5 a 10 milímetros así que, bien”, manifestó Francisco Mendiverri en diálogo con Clarín Rural. En el campo de Dante Garciandia, en el mismo partido, el pluviómetro marcó 25. “A mí sólo 20 milímetros, que igual se agradecen, obvio, pero necesitamos más, 200 mínimo para poder sembrar alfalfa y gruesa”, escribió Andrea Passerini, desde Carlos Casares.

En Pergamino, las precipitaciones dejaron 90 milímetros y los productores respiran aliviados. “Los trigos y las pasturas venían necesitando el agua y calculo que con esto se van a recuperar. Nos vamos a jugar a hacer algo de maíz temprano, no mucho, un 30% a 40% de lo que tenemos programados para aprovechar”, contó Román Gutiérrez a Clarín Rural. Como en su establecimiento hacen engorde de ganado bovino, necesitan tener algo de maíz temprano para usar como alimento ya que debido a la sequía no contaban con suficientes reservas de forraje. “Vamos a sembrar algo ahora, algo tardío y algo de segunda también para tener reservas para este año y principios del que viene”, detalló el productor. “Con esta lluvia recuperamos la esperanza”, indicó.

Los pluviómetros arrojaron marcas de 48 milímetros en Bell Ville, Maggiolo y Lincoln; 46 en Rufino y Baradero; 38 en Canals; 32 en Ramallo; 30 en Poso del Molle y 16, 4 en Rosario.

Lluvias acumuladas hasta las 8 del 4 de septiembre. Fuente: BCR.Lluvias acumuladas hasta las 8 del 4 de septiembre. Fuente: BCR.La distribución de las lluvias fue muy irregular. Así como en la localidad santafesina de Bigand llegaron a 109 milímetros, cerca, en Chabás, cayeron 85; en J.B.Molina, 56; en Sanford, 55; en Cañada Rica, 47; en Mugueta, 44; y en Rueda, Carmen del Sauce y Villa Amelia, solo 32 milímetros.

En Fighiera, al sur de Santa Fe, María González Ibarra recibió 27 milímetros entre sábado y domingo. “Las lluvias fueron muy localizadas, a nosotros nos agarró el coletazo, hay mucha diferencia en lugares relativamente cercanos. Es zona a zona, día a día y lote a lote”, dijo la productora a Clarín Rural. Según explicó, el agua “era necesaria para el trigo y acompaña, porque después de una seca tan grande, el perfil de suelo está ahí, al límite, con lo justo”. Respecto del maíz temprano, en su zona se está haciendo poco y nada porque han tenido malos resultados en los ciclos anteriores. “Ya en las últimas dos campañas se hizo maíz de segunda e incluso este año, el de tercera, sembrado el 25 de enero, a nosotros nos rindió más que el de segunda, aunque fue muy atacado por Diatraea ya que usamos las semillas que conseguimos, y no tenían eventos (genéticos) para evitar los daños del insecto”, repasó.

Lamentablemente, en Crespo, Entre Ríos, las lluvias no beneficiaron al campo. Según contó Damián Schneider, apenas cayeron 5 milímetros, «nada», en una zona todavía muy afectada por la sequía.

En el norte de Santa Fe, una región castigada severamente pro la falta de lluvias, en la localidad de Tostado solo llovió 11 milímetros. «Está terriblemente feo, cada vez peor», lamentó e productor Jorge Mercau. «El río Salado ya se está cortando otra vez«, remarcó. Yendo 20 a 30 kilómetros hacia el norte de esa ciudad, cayeron entre 20 y 30 milímetros y hacia el lado de Vera, hacia el este, unos 40 a 50. «Acá en Tostado, nada, seguimos con la misma sequía, muy pero muy feo, mal, espantosamente feo», subraya. Algunos registros de la región indicaron 40 milímetros para Gato Colorado; 34 para Pozo Borrado; 30 para San Bernardo; y 16 para Logroño.

Una montaña rusa

De acuerdo con Cristian Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), una gran parte de la región núcleo recibió entre 30 y 100 milímetros de lluvia, pero no llovió lo suficiente en el centro de Santa Fe, así como el noroeste de Buenos Aires, en general, las lluvias superaron las expectativas.

«Estas lluvias son especialmente bienvenidas para el trigo, ya que encienden la posibilidad de una excelente cosecha y la oportunidad de sembrar maíz temprano», dijo el especialista. La sequía había generado preocupación entre los productores ya que, según la BCR, en el mes de agosto se registró un 80 por ciento menos de precipitaciones que lo habitual.

El viernes pasado, la BCR había advertido que hacían falta como mínimo 30 milímetros de agua para salvar al trigo y mantener buenas estimaciones de rinde que le permitan al productor un posible ingreso en diciembre cuando se cosecha el cereal. Ahora, en la zona núcleo, los cultivos de la gramínea está empezando a encañar y según la BCR, en general el potencial se mantiene pero la presencia de roya amarilla y naranja obliga a realizar aplicaciones de fungicidas. “Controles que deberán seguir y que serán dos a tres aplicaciones más hasta el final del ciclo, por lo que también sería muy importante que llueva para mantener expectativas de rindes que permitan asumir el costo del cuidado”, dijeron desde la entidad.

Asimismo, la BCR indicó que “lo ideal sería contar con más de 50 milímetros a principios de septiembre» para el maíz de fecha temprana, aunque aclaró que de caer 30 se sembraría igual, por las expectativas de mayores precipitaciones que trae El Niño. “Si no se pudiese sembrar en forma temprana, ir a una siembra tardía en diciembre significa que el productor no va a tener recursos entre marzo y abril. Recién contaría con un ingreso a partir de agosto del año que viene”, advirtió la Bolsa. Sumado a esto, el cultivo tardío tiene un costo mayor, unos 60 a 70 dólares por hectárea más por el necesario control de malezas que implica. “Si contamos con al menos 30 milímetros en la primera semana de septiembre, con la faltante de agua y la incertidumbre general que hay es como que nos subiéramos a una montaña rusa pero de nivel inicial. Pero si no llueve, entonces ahí la situación del campo va a ser como subirse a una montaña rusa pero de nivel extremo y no sabemos quién puede quedar al final”, resumieron los técnicos de la entidad.

Pronóstico

La Bolsa de Comercio de Rosario confirmó que habrá un período de inestabilidad hasta el 8 de septiembre. Asimismo, aseguró que se mantiene el pronóstico de lluvias acumuladas de 10 a 35 milímetros para dicho periodo, con una distribución a favor del este que incluye Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y, especialmente, la región noreste del país. “Según los modelos numéricos predictivos la distribución de las precipitaciones se mantendrá sobre la franja este, pero con tendencia a aumentar su volumen y con un mayor avance hacia Santa Fe, noroeste de Buenos Aires y posiblemente también sobre la franja este de Córdoba”, dijo el consultor en clima de la entidad, Alfredo Elorriaga..

Cabe recordar que en agosto llovió un 80% menos en la región núcleo. Normalmente, a lo largo de todo el mes suele llover entre 10 milímetros en el sector oeste y 30 en el este. Pero el promedio acumulado mensual de toda la región fue de 4 milímetros, siendo las localidades del noreste bonaerense son las que recibieron la mayor cantidad de agua.

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