Sarah Jessica Parker es una de las actrices más aclamadas de Hollywood por su inolvidable interpretación de Carrie Bradshaw en la emblemática serie Sex and the City, que no sólo la catapultó a la fama, sino también la convirtió en una referente cultural y estrella mundial.
A pesar que el camino hacia el éxito fue duro y estuvo marcado por la extrema pobreza que forjó su resiliencia, Sarah Jessica Parker dejó su hogar para aventurarse en la exigente y competitiva ciudad de Nueva York, donde se abrió paso en la industria del espectáculo.
La carrera de Parker no sólo brilla por sus logros en el cine y la televisión, sino también por su contribución social, ya que sus humildes comienzos así como la plataforma de privilegio e influencia que adquirió en su trayectoria la inspiraron a combatir la pobreza y apoyar las artes con múltiples organizaciones y centros benéficos.
La superación como bandera
La actriz nació el 25 de marzo de 1965, en Nelsonville, un pueblo de 5.000 habitantes ubicado en Ohio, Estados Unidos, donde creció como la menor de cuatro hermanos (Rachel, Timothy y Pippin Parker), fruto del matrimonio de Barbara Parker -enfermera auxiliar y profesora- y Stephen Parker, un escritor y periodista, quienes se separaron cuando ella tenía apenas tres años y medio.
Con el abrupto abandono de Stephen luego de la ruptura, Barbara asumió por completo la crianza y educación de sus cuatro hijos, y ante las dificultades económicas para afrontar los gastos de la familia, aceptó trabajos adicionales, como la limpieza de casas.
Al poco tiempo, la madre de Sarah conoció a Paul Forster, quien solía trabajar como camionero y juntos tuvieron otros cuatro hijos (Megan, Aaron, Andrew y Allegra Forster), cuyas necesidades básicas eran difíciles de cubrir, por lo que Barbara y Paul se vieron obligados a solicitar ayuda estatal.
Sarah Jessica Parker es la menor de cuatro hermanos. Luego su madre volvió a casarse y tuvo cuatro hijos más, de su segundo matrimonio. Foto: HBO MaxSobre aquellos duros momentos de su infancia, la actriz de Sex and The City expresó: “Aún recuerdo esa pobreza, porque no había manera de esconderlo”. “A veces no teníamos electricidad y tampoco podíamos festejar la Navidad, o los cumpleaños”, subrayó.
“Los cobradores solían presentarse en casa y la compañía de teléfono llamaba para avisar que cortarían el servicio por falta de pago. Entonces, ya teníamos edad suficiente para atender las llamadas o ver las reacciones de mi madre, o a mis padres haciendo malabares con la plata”, le contó la actriz a The New York Times.
Además, su paso por la escuela primaria también fue difícil para Parker, ya que solía vestir ropa usada o comprada en una tienda de segunda mano y la maestra la llamaba en voz alta cada día para que pasara al frente, y se pusiera en la fila de los chicos que recibían el ticket de almuerzo gratis asignado por el Estado.
“Sabía que era diferente a los alumnos que pagaban su almuerzo o lo traían de casa, pero yo no era la única de la fila. Entonces había un estigma y tomábamos conciencia de lo que significaba eso”, planteó.
A pesar de que Barbara hacía malabares para llegar a fin de mes, se encargó de que sus hijos tuvieran acceso a la educación y al consumo cultural mediante el hábito de la lectura y la asistencia a todo tipo de programas o espectáculos gratuitos.
“A veces, no tener todo lo que querés es una bendición, pero mi madre era muy trabajadora e intrépida a la hora de averiguar qué había disponible para nosotros, así que íbamos al teatro, al ballet y a la ópera, porque nada de eso tenía costo”, detalló la actriz.
Sarah Jessica Parker y una postal de Nueva York, en el Empire State. Foto: Charles Sykes/Invision/AP
De la pobreza a la fama
Fue así que Sarah manifestó su interés por la actuación y la danza, y su madre no dudó en fomentar su pasión. Para ello, Barbara intercambió servicios de limpieza en los estudios donde su hija se formó artísticamente para que pudiera asistir a los talleres hasta que sus profesores, impresionados por su talento, decidieron otorgarle una beca.
Su primera audición fue a los 8 años en la filial de Cincinnati de la señal televisiva estadounidense NBC, para la adaptación cinematográfica de La niña de los fósforos (1974), basada en el cuento de hadas del escritor y poeta danés Hans Christian Andersen. “Leí sobre la oportunidad en el diario local, así que hice la fila con otras 500 niñas para la audición y obtuve el papel. Así interpreté a la pequeña vendedora de fósforos en NBC», recordó Parker.
Motivada por aquella experiencia, Sarah aspiró a establecerse en el mundo del espectáculo y, al cumplir los 11 años, su familia se mudó de Cincinnati a Nueva York para ayudar a fomentar su carrera. De hecho, fue allí encarnó el papel protagónico de Flora en la obra de Broadway Los inocentes (1978), donde su hermano Toby consiguió un rol como suplente y su padrastro Paul se incorporó como asistente del director.
Tras su paso por la escena neoyorquina, la actriz encabezó La novicia rebelde en una gira teatral que terminó por convertirse en una aventura, y aporte económico familiar, ya que no sólo le dio trabajo a ella y Toby, sino también a sus hermanos Andrew, Rachel y Megan. Además de su madre Barbara, quien se encargó del vestuario del elenco.
Entre sus múltiples emprendimientos, Sarah Jessica Parker tiene su marca de vino, Invivo X, SJP.A los 13 años, en 1978, Sarah Jessica Parker fue seleccionada para el papel principal en Annie, uno de los musicales célebres de Broadway que le proporcionó su primer sueldo significativo. Pero no fue hasta 1979 -tras haber estudiado en el American Ballet Theatre y en la New York Professional Children’s School- que Sarah captó la atención a nivel nacional con su debut cinematográfico en Rich Kids.
Desde entonces, la artista comenzó a dar sus primeros pasos en la televisión. La sitcom Square Pegs (1982) emitida por CBS marcó su ascenso en Hollywood y le permitió destacarse en memorables películas como Footloose (1984), Las chicas sólo quieren divertirse (1985), L.A. Story (1991), Luna de miel para tres (1992), Abracadabra (1993) y Mars Attack! (1996), en las que demostró sus dotes para los musicales, la ciencia ficción y la comedia romántica e incluso infantil.
A pesar de su éxito en el cine y la televisión, Sarah nunca descuidó su carrera teatral. Motivo por el que, en 1995, protagonizó la obra del off-Broadway Sylvia y el aclamado musical neoyorquino How to Succeed in Business Without Really Trying, donde compartió escenario con su actual esposo, Matthew Broderick, con quien se casó en 1997 y con el que tiene tres hijos: James y una pareja de gemelas (con vientre subrogado), Marion Loretta y Tabitha.
Además, en 1997, su interpretación en Once Upon a Mattress le valió una nominación al Premio Tony, destacando su versatilidad como actriz.
Todo cambió en 1998 con el estreno de Sex and the City, serie en la que asumió el papel de la columnista Carrie Bradshaw, personaje que se convirtió en un fenómeno cultural mundial, influyendo no sólo en la percepción social sino también en el mundo de la moda. Gracias a su aclamada actuación, Parker recibió dos premios Emmy y cuatro Globos de Oro como “Mejor Actriz en Serie de Televisión”.
Una vez culminado su exitoso paso por la serie, Sarah continuó su carrera cinematográfica en películas como las comedias románticas La joya de la familia (2005), Soltero en casa (2006) e incluso Y… dónde están los Morgan? (2009) junto a Hugh Grant.
Sarah Jessica Parker y su esposo, el actor Matthew Broderick. Foto: AFP/Justin TallisEn 2016, la actriz se unió a la serie Divorce en HBO, donde interpretó a una mujer que decide poner fin a su matrimonio, permaneciendo en el show hasta 2019 para retomar dos icónicos papeles. El primero fue Carrie Bradshaw en And Just Like That… (2021), una secuela de Sex and the City que se presenta como un “nuevo capítulo” en la historia de la mítica serie y el segundo, Sarah Sander en Abracadabra (2022).
Pionera del feminismo en el siglo XXI
Sex and The City (1998-2004), la serie que se televisó en la señal HBO y consolidó el reconocimiento mundial de Sarah Jessica Parker, está basada en la novela homónima de Candace Bushnell, y contó con un elenco conformado por las actrices Kristin Davis (Charlotte York), Kim Cattrall (Samantha Jones) y Cynthia Nixon (Miranda Hobbes).
Las protagonistas de «Sex and the City»: Sarah Jessica Parker, Kristin Davis, Kim Cattrall y Cynthia Nixon. Foto: EFE/EPA/Daniel DemeHoy, es casi impensable visualizar a otra actriz en el papel de Carrie Bradshaw, pero Parker no siempre estuvo a gusto con la idea debido a algunos aspectos del personaje como su inclinación por las malas palabras y su prolífica vida sexual. Es por esto que, Parker trabajó en el guión con el creador de la serie, Darren Star antes de comprometerse con el papel.
En su memorable interpretación, Sarah encarna una columnista del diario ficticio The New York Star en los que exploran temas como el amor, el deseo y las relaciones, ofreciendo una visión introspectiva mientras entrelaza observaciones personales, anécdotas y reflexiones, muchas veces inspiradas tanto en sus propias experiencias sentimentales como en las de sus amigas.
Carrie al igual que la abogada Miranda Hobbs, la relacionista pública Samantha Jones y la corredora de arte Charlotte York, demuestra que las mujeres solteras pueden tener vidas interesantes, ser fuertes, independientes y multifacéticas pese a no tener una pareja.
Bradshaw, además de ser un símbolo feminista también se convirtió en un ícono de la moda que utiliza su estilo ecléctico, extravagante y experimental como una extensión de su personalidad, haciendo de cada atuendo una declaración de su individualidad y creatividad. Por otro lado, su pasión por los zapatos, puso a muchos diseñadores en el radar como Manolo Blahnik, quien era sin duda su favorito, incrementando notablemente sus ventas y popularidad.
Ïcono de la moda. Sarah Jessica Parker, en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York. Foto: Charles Sykes/Invision/APEn la piel de Carrie, Sarah también impulsó varias tendencias como el uso de faldas largas de tutú y la popularización de los bolsos baguette, aunque cada episodio de Sex and the City incluía referencias casuales a artículos de lujo y marcas prestigiosas como Dolce & Gabbana, Gucci y Fendi, estableciendo a la serie como una vitrina de las últimas tendencias en moda.
La disruptiva serie creada por Darren Star -que sumó un total de 50 nominaciones a varios premios como los ACE, Emmy y Globo de Oro- se centra en la vida de cuatro mujeres solteras en Nueva York que revolucionaron la televisión al reivindicar la plenitud femenina en los treinta y tantos años, convirtiéndose en un hito televisivo.
La amistad, ante todo
Gran parte del éxito de Sex and the City radica en sus protagonistas: mujeres modernas con carreras profesionales en una gran ciudad, que tienen la capacidad de mantener sus propios apartamentos sin depender de hombres y aunque alguna de ellas está en una relación, la amistad que las une siempre predomina.
A lo largo de seis temporadas y 94 episodios, la serie utilizó la perspectiva de Carrie Bradshaw para desafiar con una crítica e incisiva mirada, las normas sociales y las expectativas tradicionales que condicionaban a las mujeres en sus treinta o cuarenta años durante los ’90 y principios de los ‘2000. Esto abrió nuevas conversaciones sobre el rol femenino en la sociedad y redefinió su representación en la pantalla chica.
Cynthia Nixon, Sarah Jessica Parker, Kim Cattrall y Kristin Davis: las actrices de «Sex and the City», juntas en 2008. Foto: AP/Peter Kramer La ficción exploró temas tabú de la época como el sexo casual, las fantasías sexuales, la bisexualidad y el lesbianismo, abordándolos desde una perspectiva de género con el objetivo de desafiar los estereotipos convencionales y presentar la sexualidad como un componente natural de la vida moderna, fomentando así una mayor aceptación y comprensión de la diversidad sexual.
De esta manera, la ficción de culto expandió su universo con las películas Sex and The City (2008) y Sex and The City 2 (2010) para seguir adentrándose en las vidas y relaciones de las protagonistas. Por su parte, el personaje de Sarah también tuvo su secuela, The Carrie Diaries (2013), la cual profundizó en los años de adolescencia de Bradshaw y su desarrollo previo a la serie original.
Su compromiso con la activismo social
A lo largo de su trayectoria, la actriz mostró un continuo reconocimiento a sus orígenes y comienzos en Hollywood mediante su ferviente compromiso con la erradicación de la pobreza, el acceso a la educación y el impulso de las artes junto a organizaciones benéficas como la Fundación Robin Hood, fundada en 1988 que lucha contra la indigencia en Nueva York.
Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick, junto a su hijo James Wilkie Broderick y sus gemelas nacidas de vientre subrogado Marion Loretta Elwell Broderick y Tabitha Hodge Broderick, nacidas en 2009. Foto: AP/Robin LaytonSarah, quien también apoya al centro St. Francis Food Pantries en Manhattan -dedicado a ofrecer alimentos, ropa, refugio y asistencia familiar- abordó los prejuicios sobre el alcance de la asistencia gubernamental en los Estados Unidos: «Hay ideas erróneas sobre quienes realmente necesitan el respaldo de nuestros gobiernos estatales y federales”.
“Muchos piensan que la ayuda está destinada únicamente a personas de color, pero también puede ser crucial para personas bien educadas y cultas que enfrentan dificultades. Y eso no significa que sean perezosos, analfabetos o que tengan bajos estándares, sino que simplemente no pueden superar una situación particular por sí mismos, y mi familia es un buen ejemplo de esto”, explicó.
Otras de sus colaboraciones caritativas más destacadas son con el Banco de Alimentos de Nueva York y UNICEF. Además, la actriz también apoyó a organizaciones artísticas como el New York City Ballet, no sólo donando fondos, sino también participando en su junta directiva.