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Se fue Jorge Telerman del Colón: el balance de su gestión

Una institución como el Teatro Colón debería quedar exenta de los vaivenes de la política. Pero resulta incomprensible para muchos políticos que la gestión cultural es de largos plazos. Armar buenas temporadas lleva mucho tiempo, contactar a artistas internacionales y compatibilizar agendas es todo un arte, al igual que el armado coherente y articulado de los diversos programas que involucran a los cuerpos estables del Teatro.

Es como un sistema de ingeniería, pero también requiere de un director con gran sensibilidad artística, dispuesto a tomar riesgos artísticos a la altura de un teatro como el Colón, con una tradición que se debe conocer. También armar equipos idóneos lleva tiempo, cuando un director sale, el entrante suele querer un equipo propio. A esta altura del año, todos esos vaivenes pondrán en peligro la temporada 2025.

Jorge Telerman. Foto Ariel Grinberg Jorge Telerman. Foto Ariel Grinberg Tomar esa decisión sin que medie ningún hecho de gravedad, sólo queda especular que se trata de una mezquina decisión política.

La gestión de Telerman

Jorge Telerman asumió en 2022 con el eslogan “El Colón tiene que ser para todos, pero no para todo”, y con el diseño de una temporada ya en marcha. La programación 2023 sí fue enteramente de su gestión y tuvo varios hitos, el más importante fue tal vez el Festival Argerich, que fue una fiesta de principio a fin, con más de 400 artistas en escena que interpretaron cerca de 30 compositores. Fueron 8 funciones, entre el 15 y 30 de julio, con más de 25 mil espectadores y 50 mil visualizaciones de las transmisiones en vivo desde la página web y las redes oficiales del Teatro. Se agregaron además 3 ensayos generales con entrada libre y gratuita.

Otros hitos fueron:

-La Sinfonía Nº2 “Resurrección”, de Gustav Mahler, a modo de homenaje del Teatro a los 40 años de la recuperación de la democracia, con una puesta dramática a cargo de Romeo Castellucci, bajo la dirección de Charles Dutoit al frente de la Orquesta Filarmónica en La Rural.

-Dentro de los once títulos de la temporada lirica, La flauta mágica, de Mozart, con la puesta de Barrie Kosky, con su recreación del mundo del cine mudo, fue absolutamente inolvidable. También el Fausto de Stefano Poda. Sun & Sea, de Lina Lapelytė, y Einstein en la Playa, de Philip Glass y Bob Wilson, como parte del abono contemporáneo. La carrera del libertino, de Igor Stravinsky, con la dirección de Charles Dutoit y versión escénica de Alfredo Arias, tuvo que agregar funciones.

-El recital de Anna Netrebko y su participación en Tosca fue parte de los hitos inolvidables.

Anna Netrebko en Anna Netrebko en «Tosca» de Giacomo Puccini. Foto: AP Photo/Luca Bruno-Por el ciclo Grandes Intérpretes Internacionales pasó Andras Schiff, y Maxim Vengerov, Sergei Babayan y Paul Lewis en el abono de la Filarmónica.

-El inolvidable estreno local de 100 Cymbals, de Ryoji Ikeda.

-Los encargos de opera en el CETC, el homenaje transversal a Gerardo Gandini a diez años de su muerte.

La incorporación de programación para chicos, fundamental para formar nuevos públicos, también estuvo presente con propuestas como durante las vacaciones de invierno

-Fue un hallazgo la incorporación de los tickets “Último minuto”, con entradas desde $200 para menores de 35 años, y programas especiales para jóvenes y para adultos. La iniciativa ayudó, entre otras cosas, a acercar a un público que nunca había ido al teatro, debilitando el mito de que el Colón es inaccesible.

El ballet Caravaggio: claroscuros de un artista enigmático. Foto: gentileza Maximo ParpagnoliEl ballet Caravaggio: claroscuros de un artista enigmático. Foto: gentileza Maximo Parpagnoli-La comunicación a través de la redes, el streaming, fueron programas que también ayudaron a ampliar y acercar público. En algunos casos se tuvo que agregar funciones, como en el insólito caso de una obra como La carrera del libertino de Stravinski, que no goza de mucha popularidad en general entre el público. También pasó con el ballet Caravaggio. Resurrección agotó todas las funciones.

-Los números indicaron que hubo un aumento del 25% de público, más arriba del promedio histórico de concurrencia. Y nunca había sucedido que el 40% de la totalidad sueldos, cachets artístico nacionales e internacionales, puestas y materiales fue obtenido con recursos genuinos del teatro con sus fuentes de ingresos: venta de tickets, la tienda, las visitas guiadas, y el sponsoreo. Las visitas guiadas alcanzaron los 150 mil visitantes que también dejaron su dinero en la tienda del teatro.

-Se digitalizó el archivo sonoro y se lanzó una serie de vinilos y CD llamada Heritage Collection. El material está disponible en plataformas de streaming y en la Biblioteca del teatro. Incluye conciertos de Martha Argerich, María Callas, Piazzolla, y Horacio Salgán con Goyeneche y Rivero.

Y en el repaso de la gestión de Jorge Telerman hay que destacar su asistencia casi perfecta a las funciones de las obras que eligió para el Teatro. Al ex director se lo podía ver siempre en su palco o en el subsuelo del CETC.

Son escasos los directores que consumen el arte que programan, y no es algo menor entrenar la sensibilidad estética para ser un buen programador, guste más o guste menos su gestión, tomó riesgos artísticos necesarios para que un teatro con la tradición del Colón siga vivo en el enrarecido mundo contemporáneo.

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