Al grito de «ya tengo mi entrada”, muchos fans celebran desde hace meses la posesión de su ticket. Más de 15.000 localidades se vendieron desde diciembre del año pasado hasta ahora, a pocos días del estreno de School of Rock, el musical en el teatro Gran Rex, un espectáculo para toda la familia.
Basada en la famosa película (2003) del mismo nombre, School of Rock llega a un escenario porteño con un enorme elenco encabezado por Agustín “Soy Rada” Aristarán en el rol de Dewey Finn; Ángela Leiva como Rosalie Mullins, la directora del colegio; Sofía Pachano como Patty Di Marco y Santiago Otero Ramos interpretando a Ned Schneebly. Germán Tripel tiene el rol de Theo, amigo y compañero de banda de Dewey. Además, 39 niñas y niños conforman tres elencos rotativos de 13 integrantes cada uno. Una docena de artistas integran el ensamble. Y una banda de siete músicos en vivo también es parte del show.
Se trata de la versión teatral (con libro de Julian Fellowes, música del reconocido y talentoso compositor Andrew Lloyd Webber y letra de Glenn Slater), que se estrenará en Buenos Aires el 20 de junio, en lo que será una megaproducción. School of Rock tuvo su puesta en varios países. Ahora, con elenco local, es el turno de la Argentina, con dirección general de Ariel Del Mastro. El valor de las entradas, desde 15.000 pesos.
Es una suerte de sacrilegio (y de privilegio) correr la cortina e ingresar a la sala; están probando sonido y ensayando escenas en una escenografía que está empezando a montarse y que pronto será (se intuye) deslumbrante.
Por ahora, un banco de escuela sobre las tablas presagia lo que vendrá; la historia de un impostor que toma la identidad de un maestro sustituto y queda a cargo de un grupo de alumnos en una escuela de elite, prestigiosa y estricta. El profesor Dewey es músico y entra al Colegio Horace Green para cambiar las reglas de una educación rígida; los niños se van revelando como grandes músicos y terminan armando una banda de rock para competir por un premio.
Dewey es “un sinvergüenza”, en palabras de Rada y “su único objetivo es tener una banda de rock”. El actor asegura que “los pibes le cambian la vida a Dewey”. Rosalie es “una mujer estructurada, que eligió una forma de vida que la hizo olvidarse de esa Rosalie que lleva adentro, que es un tanto rockera”, describe Ángela.
Pero llegar hasta aquí, a días del debut, no fue fácil. Por eso, desde la producción sienten que es tiempo de revancha y que el sueño que está por cumplirse justifica tanta espera y sacrificio. La temporada es limitada, hasta el 28 de julio: concluye al final de las vacaciones de invierno.
Idas y vueltas de un proyecto
La directora severa y el profesor trucho. Los roles de Ángela Leiva y Agustín «Soy Rada» Aristarán en «School of Rock». Foto: Ariel Grinberg Hay que remontarse a cuatro años atrás. Estaba previsto que en mayo de 2020 desembarcara en la Argentina una de las comedias musicales que, desde su estreno en el 2015 en Nueva York, viene recorriendo el mundo y entreteniendo tanto a grandes como a chicos. Pero la pandemia obligó a sus hacedores locales a renunciar al proyecto.
A tres semanas de estrenar, School of Rock debió primero postergar y luego cancelar el debut sobre la avenida Corrientes. La cuarentena abortó el proyecto que ya estaba muy avanzado; tanto, que la campaña de vía pública ya había empapelado la ciudad y había miles de entradas vendidas, que tuvieron que devolver. Hace cuatro años, el profesor Dewey iba a ser Migue Granados y la directora, Julieta Nahir Calvo. Agustín Aristarán había sido convocado para ser alternante en esa puesta, pero había rechazado la propuesta por otros compromisos.
Decenas de chicos que habían sido seleccionados, entusiasmados por integrar semejante elenco, tuvieron que ser contenidos para superar la desilusión. El tiempo pasó, esos niños crecieron, aquellos artistas asumieron nuevos trabajos y se convocó nuevamente a audiciones para conformar el elenco.
Finalmente, para la puesta que está a días de hacer su debut, Aristarán (40) y Leiva (35) asumieron los roles protagónicos. El es de Bahía Blanca y ella, de Tandil. Él es “multifacético” (no hay nota que no lo presente así): mago, actor, humorista, músico. Ella es cantante de música tropical de larga trayectoria, pero también incursionó últimamente en la actuación.
Para Agustín es su tercera comedia musical; después de Aladín y de Matilda, ahora va por el profesor Dewey. En el brindis de despedida de Matilda -algunos productores de aquella puesta también lo son de esta-, le ofrecieron protagonizar School of Rock. Angela anduvo por muchos escenarios, pero siempre lo hizo como intérprete musical. School of Rock representará su debut como actriz en el teatro.
Milo Marotti, Alma Vallejo, Francisco Barrera Oro y Luca Mosna, cuatro de los niños de «School of Rock». Son 39 en total, en tres elencos rotativos. Foto: Ariel GrinbergLos dos conocían la película, pero eligieron no ceder a la tentación de volver a verla desde que están felizmente embarcados en este proyecto. El filme fue escrito por Mike White, dirigido por Richard Linklater y protagonizado por Jack Black. “Es una peli que marcó a mucha gente; en esta previa que estamos viviendo, me dicen ‘es mi peli favorita’ o ‘empecé a hacer música por esa peli’. Es una historia muy potente”, reflexiona Agustín. “La gente va a venir a buscar la película, pero yo creo que la versión de teatro, y más la argentina, es mucho mejor”, asegura Leiva.
“Cuando vine de Bahía Blanca a Buenos Aires, me anoté en la escuela de Julio Bocca, hasta pagué la matrícula, pero no empecé nunca; mi objetivo era estudiar comedia musical”, repasa Agustín. La vida lo fue llevando por otros caminos, pero finalmente llegó a esa meta que alguna vez se propuso.
“Mi deseo siempre, desde chica, fue cantar”, dice Angela. “Pero tenía guardada dentro mío a la actriz. Cuando era chica y veía Chiquititas, decía que yo podía hacer eso”, continúa. Reconoce que hacer una tira diaria de TV, La 1-5/18 (por eltrece) fue su curso acelerado de actuación. Asume que está aprendiendo y siente fascinación por lo que está viviendo. No es lo mismo dar un recital, que ser parte de un elenco. Angela disfruta de cada paso que da en esta gran experiencia.
“Yo soy el papá de Bianca y después, todo lo demás”, se define Rada, quien compartió escenario con su hija en Matilda. “Soy actor, hago magia, tengo una banda. Soy un privilegiado que hago cosas que me gusta hacer”, dice. “Yo soy una cantante que se animó a romper prejuicios y barreras, que siguió su corazón, sus ganas de crecer, de nutrirse del arte, sin miedo por no tener una formación. Me animé a actuar en una novela, porque confiaron en mí”, explica Angela.
Dewey no es exactamente un ejemplo a seguir, pero nos invita a repensar la escuela y a darnos cuenta de que es un lugar en el que pueden suceder cosas extraordinarias. “Mi primer show de magia, que fue a los 12 años, fue gracias a una maestra”, repasa Rada. “Está buenísimo cuando te cruzás con profesores que saben escuchar qué te pasa a vos”, agrega.
«Una profe de Sociales tenía que organizar un acto y pidió voces para un coro; mis compañeros dijeron ‘Leiva’ y yo, que estaba sentada tímida en el fondo, terminé siendo voz líder. Tenía 12 años y ese fue mi primer show con público”, recuerda. “Fue muy inspirador el colegio para mí”, agrega. “Lo que pasa en Horace Green, el colegio de School of Rock, es para copiarlo”, cierra Angela.
En la oscuridad del teatro. «School of Rock» se estrena el 20 de junio en el Gran Rex. Ya tiene 15.000 entradas vendidas y la temporada termina el 28 de julio. Foto: Ariel Grinberg
Cuatro niños que cumplen sus sueños
“Estás en la banda”, dice Dewey y va sumando uno a uno a los niños que irán cambiando, por ejemplo, el violonchelo y la música clásica por el rock and roll. Y se dejarán hechizar por la música. Tienen entre 9 y 16 años. Van a la escuela real, pero ahora están dando vueltas por los camarines del Gran Rex y el pulcro uniforme que visten, con un vistoso sweater verde con escote en V, es el del colegio Horace Green, de School of Rock, el musical. Fueron seleccionados tras varias audiciones. Asisten a la escuela por la mañana y a la tarde ensayan intensamente para debutar en un musical que promete ser de alto impacto.
En septiembre del año pasado, alrededor de 1.000 chicos respondieron a la convocatoria y enviaron sus videos. De la preselección, quedaron 600 niños para la primera audición presencial y finalmente 80 rindieron las últimas pruebas, donde debieron demostrar sus dotes para cantar, bailar, y actuar. De allí surgieron 39 niñas y niños, de los cuales, algunos tocarán instrumentos en vivo.
“La película la vi muchas veces, porque me fascina”, cuenta Luca Mosna, que tiene 14 años y es uno de los pocos que iba a ser parte del espectáculo hace cuatro años y al volverse a presentar, fue elegido nuevamente. “Toco la batería desde muy chico y School of Rock es mi película favorita”, dice el joven artista.
Alma Vallejo tiene 13 años y es bajista. Conocía la película, “pero desde que me enteré de este proyecto, la volví a ver mil veces más”, confiesa.
Agustín «Soy Rada» Aristarán, en su rol de falso profesor en «School of Rock».Francisco Barrera Oro, de 12 años, toca el teclado y redobla la apuesta. “Yo la vi un millón de veces, porque cuando una película me gusta mucho, no la paro de ver. Pero desde que quedé en la obra, no la volví a ver, porque quiero hacer mi propia versión”, asegura el pequeño actor y músico, que también fue parte de Matilda.
Milo Marotti es guitarrista y tiene 13 años; no conocía la película, pero cuando la mamá se enteró de las audiciones, le propuso que se presente; y en poquísimo tiempo, pasó de la guitarra criolla a la eléctrica. Ellos cuatro integran uno de los elencos de niños. Su espontaneidad, frescura, gracia y madurez son señales del talento que seguramente desplegarán en escena. Hablan con admiración de los protagonistas del espectáculo; destacan la “maravillosa voz” de Ángela y el humor de Rada.
School of Rock invita a cumplir los sueños, a descubrir nuestras posibilidades y a jugarnos por lo que deseamos. Compartir el escenario con niños es motivador para sus protagonistas. “Verlos nos recuerda por qué nos dedicamos a esto”, dice Agustín. “Mirarlos nos lleva a pensar que nosotros también tuvimos esa edad; pero la oportunidad que ellos tienen no la tuvimos nosotros; qué bueno que la estén disfrutando”, acota Angela.
La vuelta al mundo en una escuela
La versión en comedia musical de la película -sin dudas, un clásico-, se estrenó en Broadway y luego llegó a Londres, donde obtuvo un premio Olivier. Desde entonces pudo verse en China, Australia, Nueva Zelanda, San Pablo, Sudáfrica, Madrid y Corea. Además, se presentó en más de 60 ciudades de los Estados Unidos. Ahora la banda tocará en Buenos Aires y habrá mucho rock.
La versión argentina es una coproducción entre MP Producciones, Ozono Producciones, Carlos y Tomas Rottemberg y Preludio Producciones. Ese conjunto de productores estrenó el año pasado School of Rock en Madrid.
Ángela Leiva, en su rol de la directora del colegio Horace Green, en la comedia musical «School of Rock». Foto: PrensaRada fue espectador de la puesta de Broadway, cuando ni siquiera imaginaba que sería parte de esta historia. Ya sabiendo que interpretaría a Dewey, la vio en Madrid. “Cuando la vi, me volví loco. Cuando era chico tocaba en una banda de músicos y la obra me llevó a ese lugar”, recuerda.
La dirección artística, coreografías y arreglos corales fueron creados exclusivamente por un equipo argentino para la versión local. “La puesta argentina es mucho mejor, no porque estemos nosotros, sino porque ponemos mucho corazón”, se anima a decir Agustín.