Impactados por la derrota, en el Gobierno dicen que se trató sólo de «una interna». Fallidas apuestas de Massa y Rossi.
Que se trató de sólo «una interna», que la campaña fue «provincializada», que el resultado «se puede revertir» en las generales y que es prematuro arriesgar si tiene una implicancia nacional. Impactados por la dura derrota que sufrió el peronismo, con diversos y curiosos argumentos, el Gobierno buscó relativizar el significado de la elección en Santa Fe, donde los sectores que integran Unión por la Patria no llegaron al 30% por ciento de los votos, un piso histórico frente a los 63 puntos que lograron las fuerzas de la versión local de Juntos por el Cambio.
La paliza pegó de lleno en la fórmula presidencial. Básicamente porque sus dos integrantes hicieron apuestas fallidas en la provincia: Sergio Massa con Marcelo Lewandoski, que si bien ganó la interna, quedó lejísimos de sus rivales; y Agustín Rossi, santafesino, a través de un candidato que no llegó al 3%.
Desde la comitiva oficial que acompaña al presidente Alberto Fernández atribuyeron a la centralidad que ganó la feroz interna cambiemita entre Maximiliano Pullaro y Carolina Losada como uno de los factores ante el segundo peor resultado para el PJ desde el regreso de la democracia. «Evidentemente fue tan fuerte la pelea entre ellos que terminó atrayendo mucha atención», indicó una alta fuente, que sin embargo desestimó la idea de que pueda hacerse una lectura nacional de los comicios.
«Habrá que ver cuando decante qué representa a nivel provincial y nacional», planteó con cautela. Otra voz de peso en el Gabinete, desde Buenos Aires, admitió el desconcierto que se vivió durante el domingo: «No esperábamos ganar pero tampoco esto. Fue una catástrofe. Ni siquiera las encuestas de ellos (por JxC) lo marcaban«. Verdad a medias: Clarín adelantó estudios que daban 30 puntos de ventaja a la oposición, aunque con una puja más reñida entre Pullaro y Losada.
En medio del cimbronazo, fue el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, la primera voz oficial en abordar el tema y trazar una línea discursiva.
“(Los periodistas) están mirando esto como si fuera una preelección (sic). Y la PASO es una interna. Cada uno resuelve en una interna lo que se le antoja. Y en ese marco (cada candidato) puede sacar más o menos votos pero eso no indica nada a futuro», expuso Fernández en AM750.
«No es una elección general y no tiene nada que decir los votos de uno y otro», agregó, en una clara maniobra para intentar minimizar el impacto del resultado global y la suma de los candidatos de cada frente.
En una sobreactuación, para el flamante interventor del PJ jujeño, el resultado «puede revertirse sin ningún inconveniente», pero en la misma sintonía que bajaron desde la comitiva presidencial, instó al peronismo a «prepararse para dar una propuesta formal que sí llame la atención del electorado». Polarizar al máximo parece ser la indicación.
Así, Fernández instó al ahora candidato confirmado de UxP Marcelo Lewandoski a «pensar una estrategia para tratar de ir a ver (los votos de) los candidatos que no acompañaron» a Pullaro en la interna cambiemita. «Por las barbaridades que se dijeron en las elecciones me dan que pensar que quienes acompañaron a Losada tienen una visión distinta«, explicó. ¿Se animará el espacio político que no ofreció respuestas al combate del narcotráfico a poner esa carta sobre la mesa?
Alarma para la fórmula presidencial
Por otro lado, no pasó inadvertida la voz del precandidato a vicepresidente, Agustín Rossi, cuyo espacio volvió a quedar relegado en la interna santafesina luego de que su precandidato a la gobernación, Leandro Busatto, obtuviera poco menos del 3 por ciento de votos en Juntos Avancemos, la alianza que reunió al peronismo.
«Ustedes lo han visto, ha sido una elección fuertemente provincializada, en la que los temas que se debatieron han tenido que ver con cuestiones fundamentalmente provinciales», advirtió el jefe de Gabinete, quien tenía previsto no hacer declaraciones pero finalmente aceptó preguntas al ser abordado por los periodistas a la salida de una actividad en Casa Rosada.
Si bien dijo ser «optimista» y prometió que el Gobierno va «a tomar nota» y «trabajar fuertemente» tanto para las PASO nacionales del 13 de agosto como para las generales provinciales del 10 de septiembre, el compañero de fórmula de Sergio Massa consideró que «no» se puede trasladar el resultado de este domingo a lo que pueda ocurrir en la carrera presidencial.
«Ni cuando ganamos elecciones en los distritos provinciales, ni cuando los resultados no nos fueron favorables, me han escuchado a mí decir que el mérito o la lógica del resultado tenía que ver con las políticas nacionales. Al contrario, siempre fui muy prudente y he dicho que no hay que sacar conclusiones anticipadas o linealmente transportarlas de elecciones provinciales a elecciones nacionales«, recordó.
Sin embargo, el escenario político de Santa Fe estuvo signado por la puja interna del Gobierno nacional. Enfrentado con La Cámpora, Lewandoski fue apoyado por Massa, quien puso a su disposición al ministro de Transporte, Diego Giuliano, y se impuso en la interna. Pero su caudal de votos fue más bajo de lo esperado (logró casi 50 mil votos menos que Losada) y su candidatura no parece convencer al grueso de las fuerzas del oficialismo.
En la ruta a las generales, a Massa se le presenta el dilema de desembarcar en el territorio (el tercer padrón electoral del país, con 2.768.525 electores) en el que todavía no lo hizo y en el que necesita buscar votos, pero al que inevitablemente deberá bajar de la mano de un delfín que no levanta vuelo.