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Andando Descalzo: la banda de rock que creció en popularidad pero sigue tocando gratis para vecinos en su barrio de Mataderos

Engendrada a mitad de los años ’90, Andando Descalzo es una banda de rock conformada por un grupo de amigos que atravesó toda su juventud e incluso actualmente, en su ya adultez, en el barrio porteño de Mataderos.

Un largo camino es el que emprenden sus integrantes juntos, incluyendo un sinfín de presentaciones en el under porteño durante bastante tiempo, giras por balnearios costeros en tantísimos veranos, participaciones en las recordadas Fiesta de Fin de Siglo en San Telmo, algunos viajes al exterior, discos e incluso teatros importantes, junto a un público fiel que nunca dejó de acompañarlos.

En la actualidad están presentado su último trabajo discográfico titulado Paradójico, con la producción de dos músicos de Bersuit Vergarabat, Pepe Céspedes y Juan Subirá, y cuyo material lo interpretarán en vivo el sábado 5 de octubre en el Teatro Vorterix de Colegiales.

Andando Descalzo, una banda formada en los años '90 en Mataderos, que sigue haciendo culto al barrio. Foto de prensaAndando Descalzo, una banda formada en los años ’90 en Mataderos, que sigue haciendo culto al barrio. Foto de prensaEn una oficina de un séptimo piso de una moderna torre palermitana sobre la calle Honduras, Juan Ignacio “Juani” Rodríguez, su frontman de siempre, yace en un sofá para empezar a hablar con soltura: desde su nuevo álbum hasta las juntadas en un club del barrio de Mataderos son algunos temas por los que se apasiona, casi sin pausa.

Lleva pintadas de negro algunas de sus uñas de la mano, y por su forma de vestir y su porte, cualquiera que lo viera caminar por la calle notaría de inmediato que se trata de un rockero hecho y derecho.

Músico con trabajo en un laboratorio

Primeramente sucede un brindis con jarritos de café, y después Juani arranca hablando de su nuevo disco: un resultado de la sociedad post pandemia.

“Después del ciclo pandémico empecé un proceso de cambio interior, acercándome más a las luces que a las sombras. Es que antes estaba más acostumbrado a andar por las sombras. Fue un desafío para mi vida y me posicioné en la introspección”, explica a modo de introducción.

Juani Rodríguez, cantante de la banda Andando Descalzo. Foto Juano Tesone Juani Rodríguez, cantante de la banda Andando Descalzo. Foto Juano Tesone Dentro de una sociedad que vio afectada su estilo de vida, usos y costumbres, es muy común escuchar a gente hablar sobre secuelas que dejaron aquellos años de Covid, principalmente como resultado del encierro. Sin embargo, en el caso de Juani existió un revés al de la mayoría.

Yo soy químico y, además de músico, trabajo en un laboratorio. Esos años fui trabajador esencial, no viví el encierro como el resto porque debía trabajar para la comunidad”, añade.

La pregunta obligada es cómo combina ambas actividades laborales.

El músico lo aclara con sencillez: “Siempre estoy cuando hay que estar. Si hay que salir de gira, se sale de gira. Comando un grupo de 20 personas y a veces tengo que comunicarme esté donde esté con ellos. Los métodos de comunicación ayudan, así que eso me simplifica mis dos trabajos”.

Su compromiso tanto a nivel social, ya sea desde las letras de la banda de rock que enarbola hasta su labor como químico, de una u otra manera van de la mano.

Y su compromiso con ideales propios nunca aflojan, según relata. A tal punto que, por ejemplo, es un fanático activista del cannabis medicinal.

“Estuve realizando un curso al respecto. Siempre estoy abordando esta temática. Hago aceite de cannabis y además soy cultivador, con todos los papeles en regla. Las plantas las tengo en una terraza, en macetas grandes”.

La acción del cantante tiene un propósito bien claro: ayudar a gente, sin fines de lucro. “Yo preparo para mí y también para la gente que lo necesita. Si veo una mejora del otro, entonces la idea siempre es seguir cuantificando”, sostiene.

Siempre en Mataderos

La mayoría de las actividades de Juani suceden en el barrio que lo vio crecer: Mataderos. Y el amor por sus calles, sus comercios y vecinos es una constante que alimenta día tras día.

La tapa del último álbum de Andando Descalzo, La tapa del último álbum de Andando Descalzo, «Paradójico».“Sigo viviendo en Mataderos y hasta volví a una casa que queda justo enfrente a donde formamos Andando Descalzo. Salgo a la calle y tardo en volver, porque soy una persona social y me detengo a hablar con medio mundo”, afirma.

Aunque no todo termina allí: el típico club de barrio también es un espacio que reúne al grupo con el vecindario.

“Durante 20 años hicimos movidas por el Día del Niño en el Club Cárdenas. Es que me atraen los valores del barrio. Es más, vamos a hacer un asado con el grupo y los amigos en el club para festejar la salida de nuestro último disco”.

La relación con la gente de su terruño es tan intensa que la banda de rock suya cuenta hasta con comercios auspiciantes en sus conciertos. Es que ellos hasta tocaron durante mucho tiempo en una esquina central, de forma gratuita.

“Pitu, un amigo que tiene un frigorífico, por ejemplo, es auspiciante y siempre nos aporta la carne. Es un flaco que sabe que somos de Mataderos y nos pregunta: ‘¿Cuántos kilos van a necesitar?’”, cuenta con una amplia sonrisa en su rostro. Toma aire y amplía más aún si visión como mataderense:

“Yo soy de hablar mucho del barrio, pero en realidad me gustan todos los barrios. En Versalles, donde son todos de Vélez y de All Boys, conseguí que una chica que está en cuestiones de género se vincule con Nueva Chicago para llevar la temática al club de nuestro barrio”.

Respecto al “Torito” y la camiseta que los representa, Andando Descalzo es tan popular en su hinchada, que hasta existe una bandera en la tribuna con una frase de la canción Impulso.

“En 2010, cuando hicimos el Teatro Ópera, los hinchas nos pidieron permiso para meter la bandera. Pero eso no es todo, el América de Cali conoció la canción y pretende llevarnos a tocar para los 100 años que está por cumplir el club”, anoticia con asombro propio.

-¿Se relacionan con bandas de Mataderos como La Renga o Nagual?

-¿Sabés que no? Es un poco extraño, pero no es por mala onda, sino que son estilos distintos. Ellos hacen música más “pesada”, quizás eso no nos emparenta como grupos, pero está todo bien. Conocemos al Tete, nos saludamos. Pensá que él va al mismo club que nosotros, regala entradas para los shows a la gente. Y está todo bien. Lo mismo con Nagual, nos conocemos, pero existe mayor cercanía.

Amigos y aliados

Acerca de formar parte de la generación del rock nacional que se interesó en mixturar sonidos propios con latinos, Andando Descalzo pertenece a una generación que acopló a grupos como Las Manos de Filippi, Karamelo Santo e, incluso, existió un parentesco de amistad profunda con Catupecu Machu, quienes acompañaron e impulsaron a que salgan a la cancha con su propuesta musical.

Una vieja foto de prensa de Andando Descalzo.Una vieja foto de prensa de Andando Descalzo.“Gabriel Ruíz Díaz, que en paz descanse, nos dio una mano enorme. Le llevábamos nuestros primeros demos a él y después nos los pasaba a cinta abierta. De hecho, Catupecu nos llevó como teloneros de ellos. Estuvimos alrededor suyo cuando apareció su disco ¡Dale!”, asevera el músico y químico.

Aunque la partida a otro plano del bajista de Catupecu fue un golpe duro para la banda de Juani, hubo otros hechos de dolor que también acompañaron la historia del conjunto. Por ejemplo, la muerte de Palo Pandolfo, con quienes trabaron fuerte lazo.

“Mi hijo Joaco, cuando tenía ocho años, quedó flasheado con la canción Playas oscuras y le expliqué la razón del por qué. Palo me respondió: ‘¡Pero tu hijo entendió la letra a la perfección!’. Nos emparentamos tanto que nos pidió que tocáramos detrás suyo en un concierto, y después grabó en un disco nuestro”

Tras su fallecimiento, Juani participó del homenaje al ex Los Visitantes y sucedió algo inesperado para la agrupación de Mataderos. Así lo narra el cantante:

“Allí conocí a Alito, bajista de Palo. Dio la casualidad que después de ese homenaje en el CCK fuimos a tocar a Mercedes y no teníamos bajista. Alito estaba en ese show y se acercó a hablar conmigo luego de nuestro set. ‘Veo que no tienen bajista. Me quiero sumar a la banda. Tenemos la misma edad’. Al final hoy es el bajista del grupo”.

Otro de los grandes personajes del rock nocturno porteño sin duda alguna fue José Luis Luzzi, dueño del Marquee, por donde pasó Andando Descalzo y toda la misma camada de rock alternativo de mitad de los años ’90.

Rodríguez atesora un momento determinado de cuando tocaron una vez en el local del responsable del Marquee: “Recuerdo un show que hicimos allí y alguien prendió una bengala. Y Luzzi dijo: ‘La gente que se acerca a pedir una cerveza parece salida de la película The Wall, de Pink Floyd: aparecen frente a la barra rodeados de humo”.

Sobre el asunto de las bengalas y el daño que provocó en todo el ámbito del rock tras la catástrofe en Cromañón, el boliche de Once, el vocalista siempre tuvo una misma postura, pese a pertenecer a la generación musical cuyo público futbolizaba los recitales.

“A mí nunca me gustó todo eso. Incluso porque me hacía mal el humo. A ver, el fútbol y el rock para mí tiene parentesco y me gusta que sea así, pero no me gustaban las bengalas, me molestaba esa movida”, subraya.

Y continúa: “Nosotros somos de la generación de ir a lugares cerrados. El rock aún no era masivo cuando éramos más jóvenes. Era ir a ver shows a Obras Sanitarias, otra sintonía, otra costumbre, otro folklore. Tuvo su explicación”.

-Para finalizar y retornando al presente, ¿cómo se preparan para el concierto en el Teatro Vorterix?

-Ante todo, es un momento importante para nosotros porque el Bocha (Pablo Otero), nuestro tecladista, es el director musical del disco. Un desafío importante para él y para nosotros: apostar a un concepto lírico, a partir de nosotros mismos.

En el Vorterix vamos a hacer un show de dos horas, repasaremos el disco completo y se completará con las canciones que nuestro público siempre quiere escuchar. En definitiva, de eso se trata: pasar un gran momento y celebrarlo con nuestra gente.

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