El arquero y capitán del Ciclón fue la figura en el triunfo por penales sobre Platense por la Copa Argentina, pero River, dueño de su pase, planea venderlo.
La llegada de Rubén Darío Insúa como director técnico de San Lorenzo dejó en claro una premisa: sus planteles se arman de atrás hacia adelante. Y vaya si lo dejó en claro con la eficacia que encontró en su última línea durante todo lo que va de la temporada. Pero además de sus zagueros, existe un responsable que en Boedo se volvió figura y pieza indispensable para mantener la seguridad defensiva del equipo, a quien en este este mercado de pases desde el Ciclón prenden velas para retenerlo. Se trata de Augusto Batalla, uno de los responsables -o el máximo- que justifican el actual desempeño del Ciclón en este 2023.
Batalla suplantó de la mejor manera el retiro de Sebastián Torrico. Sus actuaciones fueron creciendo de manera notoria con el correr del tiempo. Ahora, el capitán volvió a aparecer cuando sus compañeros lo necesitaban y sumó una noche más como santo del Ciclón: fue la figura en la victoria de San Lorenzo contra Platense por penales, por Copa Argentina, en donde retuvo dos remates desde los doce pasos y convirtió el disparo definitivo que le otorgó a su equipo el pase a los octavos de final de la competición.
«Estar en un club como San Lorenzo y llevar la cinta de capitán y que toda la gente coree mi nombre, es un sueño«, confesó el arquero tras el encuentro disputado en La Fortaleza de Lanús, demostrando el buen presente que atraviesa, el cual sorprende hasta a él mismo. «Ni el más optimista lo hubiera dicho en mi llegada», afirmó.
No obstante, ante las destacadas actuaciones bajo los tres palos del Nuevo Gasómetro, aquello que desvela a San Lorenzo es nada menos que el futuro de su guardameta. Batalla llegó a la institución a principios de 2022 en condición de préstamo por un año desde River Plate, con una opción de compra por un millón de dólares. El plazo para ejecutar la transferencia caducó y el Millonario decidió extender la cesión hasta diciembre de este año, aunque con la chance de una repesca una vez finalice la Liga Profesional, este fin de semana.
El número «13», que llegó a ser ojeado por el Real Madrid cuando jugaba en inferiores, parece estar a gusto bajo las órdenes de Insúa y lo ve como una recompensa tras el duro trabajo que requirió alcanzar su actual rendimiento. «Costó mucho. Muchos años de trabajo, dando vueltas y, como se dice en la jerga, comiendo mierda a nivel personal. Y no hablo de los clubes en los que estuve, que fueron grandísimos y me ayudaron a crecer», explicó.
En relación a esto, en las últimas semanas comenzó a crecer un rumor sobre que el representante de Batalla podría acercarle una oferta del exterior -se estima que de la MLS– a Jorge Brito, presidente del Millonario. Y en caso de que esto se concretara, automáticamente desde River activarían la repesca.
Y a pesar de «querer disfrutar este momento y de «estar feliz«, el futuro de Batalla aún es incierto. «Esas cosas se las dejo a mi representante», comentó el mismo jugador. Pero el deseo de su técnico es claro: «Imagino que San Lorenzo va a comprar el pase«.
Por esta razón, uno de los principales deseos del Gallego para esta ventana de transferencias no solo es concentrarse en la búsqueda de nuevos refuerzos, sino que también mira con cautela la situación de su capitán y figura. En caso de no lograr su continuidad hasta fin de año, Facundo Altamirano aguarda por su oportunidad como reemplazante.