La imagen del final refleja el destino final de la serie entre Racing y Boca. Dos botellas llenas de agua arrojadas desde la platea intentan alcanzar a Sergio Romero, el arquero nacido en el predio Tita y confesó hincha académico. Pero ahora Chiquito defiende el arco del elenco que comanda Jorge Almirón y las manos del misionero subcampeón del mundo en Brasil 2014 son las que llevaron a Boca una semifinal de Copa Libertadores tras 5 años.
“Romero / hijo de p…”, se escucha de los pocos quedaron en el Cilindro, esos hinchas que no le perdonan los penales atajados a Gonzalo Piovi y a Leonardo Sigali ni tampoco aquella declaración de que Boca era el equipo más grande de la Argentina. Poco le importó a Chiquito, hay que decirlo. Se comportó como un caballero ante los insultos y los silbidos de los hinchas. Pero fue vital para Boca con sus penales.
«La cabeza trabajó muchísimo en estos días. Sabía lo que tenía que venir a hacer en este partido. No me esperaba que la gente me putee como me puteó, pero uno sabe lo que es el fútbol y lo que son las pasiones. Yo vine a hacer mi trabajo y por suerte nos vamos con la clasificación, que es lo que vinimos a buscar», dijo Romero tras el triunfo.
Y aclaró: «Me mantuve sereno y no festejó la clasificación porque yo soy hincha de Racing. No le podía faltar el respeto a la gente. Racing fue quien confió en mí cuando yo tenía 15 años, me dieron la oportunidad cuando me vine a Buenos Aires para empezar a hacer mí carrera».
Habrá que sumarle un gran poroto entonces a Juan Román Riquelme, el dueño del fútbol en Boca. Y es que el vicepresidente apostó por Romero cuando todos los hinchas le pedían que hicieron un esfuerzo por retener a Agustín Rossi, un arquero ataja penales. Pero Riquelme se mantuvo firme en su decisión de contratar a Romero y el tiempo le dio la razón: fue vital en la definición contra Nacional y frente a Racing. En Boca atajó 8 de los 14 penales que le patearon.
“Pasó Boca por Chiquito Romero. Los pateadores de Boca acertaron, el fútbol es así. Merecíamos pasar. Hicimos gran partido en la Bombonera y acá Racing no fue superior. Se hizo justicia y nos vamos con alegría”, resumió el uruguayo Cavani, regalándole un mimo a Sergio Romero, el protagonista estelar de noche en Avellaneda.
«Sabíamos que íbamos a sufrir, pero somos justos ganadores», analizó Rojo. Y cerró: «En la merienda hablamos con Romero y dijimos que teníamos que mantener el cero en nuestro arco porque después lo tenemos a él».
El vuelo de Romero en los penales ante Racing: atajó dos. Foto: EFE/ Juan Ignacio Roncoroni.