El organismo predijo que el país estará en recesión, con un PBI que caerá hasta un -2% en 2023. Son 4 puntos menos de lo que vaticinaba en enero.
El Banco Mundial empeoró su pronóstico de la economía argentina para este año y proyectó que el país estará en recesión con un Producto Bruto que caerá hasta un -2% en 2023 como consecuencia de la sequía, la desaceleración económica de Brasil, la escasez de reservas y la escalada de la inflación. Es una brusca caída de 4 puntos respecto de lo que vaticinaba en enero.
En un informe presentado este martes, el organismo internacional con sede en Washington publicó una actualización de las proyecciones de la economía global en el que incluye sus pronósticos sobre la economía argentina, que ya no crecerá este año un 2%, como preveía el Banco en su informe de enero, sino que caerá bajo la línea de la recesión.
Las proyecciones del organismo son más drásticas aún que las más recientes del Fondo Monetario Internacional, que vaticinó en la Asamblea de Primavera en abril que la Argentina tendría este año un crecimiento casi nulo, de apenas un 0,2% en 2023.
En el reporte difundido este martes, el Banco señala que “se proyecta que la economía de Argentina caerá un 2% en 2023 y luego crecerá a un 2,3% en 2024 a medida que la economía se recupere de la gran sequía de este año”.
Explica que “la sequía ha causado disminuciones en las cosechas de soja y maíz, los principales productos básicos de exportación, equivalentes al 3% del PBI. La sequía también ha afectado gravemente a la producción de trigo”.
Describe además otro factor externo que agrega un impacto negativo al crecimiento en 2023: “La desaceleración económica de este año en Brasil, el principal socio comercial de Argentina, pesará sobre las exportaciones no relacionadas con las materias primas del país”.
También señala que “la escasez resultante de divisas creará dificultades para los importadores, especialmente los de las industrias no agrícolas. Además, la inflación ha seguido creciendo, superando el 100% anual”.
Las nuevas proyecciones se difunden cuando el equipo técnico del Fondo Monetario Internacional está negociando con el ministro de Economía Sergio Massa y sus principales funcionarios un “recalibramiento” del acuerdo porque el Gobierno no puede afrontar los próximos pagos.
El FMI reconoce que la sequía ha sido un factor que golpeó fuerte la economía del país y sobre todo las reservas y que por eso en la discusión del programa “todo está sobre la mesa”.
Massa busca que el organismo le adelante los desembolsos previstos hasta fin de año –unos US$10.000 millones— y que pueda disponer un gran porcentaje del dinero como barrera de contención del dólar, que amenaza con dispararse en un año electoral. El Fondo quiere ayudar y EE.UU. –el principal accionista—también. Pero desconfía de ser demasiado flexible con los argentinos porque ya hubo experiencias previas que no funcionaron.
Massa quiere cerrar lo antes posible la negociación, pero la nueva versión del acuerdo se demora más de lo pensado. Se estima que Economía enviará a algunos funcionarios a Washington la semana próxima y Massa quizás llegue después –posiblemente el 18— para las últimas puntadas y el anuncio.
Si adelanta fondos y hace alguna otra concesión, el Fondo sin dudas pedirá ciertos ajustes. En un apartado del informe del Banco Mundial, donde se advierten los riesgos de posibles protestas sociales en América Latina por distintos motivos, menciona que “la Argentina, donde la inflación anual de los precios al consumidor ha aumentado significativamente recientemente, se enfrenta a posibles ajustes de política en medio de la sequía”.
El informe el Banco señala además que el crecimiento mundial se ha desacelerado marcadamente y el riesgo de que surjan tensiones financieras en los mercados emergentes y economías en desarrollo (MEED) se está intensificando, en un contexto de altas tasas de interés mundiales.
Se prevé que el crecimiento mundial se desacelerará, del 3,1 % en 2022 al 2,1 % en 2023.
En su relevamiento por distintos países de la región, el Banco proyecta además que Brasil se desacelerará al 1,2 % en 2023, con un ligero aumento al 1,4 % en 2024. La tasa de crecimiento de México será moderada, del 2,5 %, en 2023, y seguirá creciendo un 1,9 % en 2024. Se prevé que el crecimiento de Colombia se reducirá al 1,7 % en 2023, con un aumento al 2 % en 2024. Chile tendrá una contracción del 0,4 % en 2023 y del 1,8 % en 2024. Perú crecerá un 2,2 % en 2023, con un ligero aumento al 2,6 % en 2024.