El BCRA intervino con cerca de US$ 800 millones entre abril y mayo, la mitad de lo que compró con el incentivo a los sojeros.
El Gobierno empezó a prepararse para un escenario más complejo que pondrá a prueba su muñeca para controlar el dólar. El Banco Central deberá administrar reservas menguantes sin la ayuda del dólar soja tras su finalización la semana pasada. Por ello, todas las energías están puestas en la negociación con el FMI, un capítulo que se cerrará en las próximas semanas.
El incentivo a los sojeros a $ 300 le permitió a la autoridad monetaria comprar casi US$ 1.500 millones, de los cuales el BCRA ya se gastó Us$ 800 millones -más del 50%- en contener los dólares financieros (CCL y MEP) abajo de $ 500, según fuentes cercanas al BCRA y cálculos privados. Ese fue el costo que se pagó tras la corrida en abril para estabilizar la brecha en torno al 100%, un escalón más arriba del 90% en marzo.
En ese marco, la expectativa oficial es que los US$ 10.000 millones en yuanes de libre disponibilidad del swap chino permitan postergar el uso de dólares en importaciones chinas. El titular del Banco Central, Miguel Pesce, lo analizó este lunes con el presidente Alberto Fernández en Casa Rosada, tras su viaje al gigante asiático junto a la comitiva liderada por el ministro de Economía, Sergio Massa.
Durante la reunión, hablaron sobre la situación económica en mayo, en donde se endureció el cepo (fletes, MEP, automotrices, petroleras y provincias) para contener la salida de divisas. Y conversaron sobre las perspectivas, de cara a los vencimientos con el FMI, la definición del escenario electoral y la inflación de mayo, que se conocerá la semana próxima y podría haberse acercado al 9%.
El equipo de Massa, encabezado por Leonardo Madcur y Gabriel Rubinstein, continuó este lunes las negociaciones por zoom con el Fondo. Los funcionarios tienen previsto viajar la semana próxima a Washington (cerca del 14 de junio) y el ministro llegará a unos días después (cerca del 18) para darle un cierre a las tratativas, que incluyen a la Casa Blanca y el Tesoro de EE.UU.
El Gobierno busca liberar un giro de US$ 4.000 millones que estaba previsto para junio, lo cual implicaría una dispensa (waiver) por el incumplimiento de metas. Y pide adelantar desembolsos por US$ 6.600 millones del 2023. Pero aún no está claro el monto que se anticipará, cuántos fondos podrán utilizarse para calmar el CCL y el MEP, y cuáles serán las condiciones del organismo.
Sin el dólar soja, el BCRA compró este lunes Us$ 6 millones en el mercado de cambios, el monto más bajo de las últimas cuatro semanas. Si bien en la secretaría de Agricultura sostienen que no hay en carpeta un nuevo incentivo, en los pasillos de esa dependencia aseguran que es una medida que «se está evaluando».
«Hasta ahora van 3 ruedas con el «dolar soja» sin soja y llevan liquidados un promedio de US$ 16 millones por rueda más o menos parejo. De las 3, en las dos primeras el Central retuvo todo y compró más, y en ésta solo US$ 6 millones. Va a ser duro sin duda, el sojero en pausa espera mejores condiciones mientras pueda aguantar«, dijo Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones.
En medio de la escasez de dólares, los analistas no descartan un mayor endurecimiento de las restricciones cambiarias. Massa analizó este lunes junto a su equipo el estado de las denuncias por evasión cambiaria. En la última revisión del acuerdo, el Gobierno se comprometió en avanzar en una reforma de la Ley Penal Cambiaria.
La falta de dólares no es el único desafío. El ministro prepara un nuevo canje de deuda en pesos para reducir los $ 10 billones que vencen entre junio y agosto, la reglamentación del régimen de promoción de la industria automotriz para destrabar inversiones, premios y créditos al monotributo, y anuncios sobre el pago de Ganancias del aguinaldo.
Massa también tiene que definir su futuro político. El próximo 10 de junio será el congreso del Frente Renovador, previo a la presentación de alianzas electorales el 14 de este mes. Y el 24 se deberán definir las candidaturas. El ministro busca ocupar un lugar central en las próximas elecciones, después de advertir que se tiró «encima de una bomba» al asumir la botonera de Economía.
La incógnita es cómo impactarán esas definiciones políticas en la dolarización en curso y la capacidad que tendrá el Banco Central para dominar las eventuales presiones.
«Si bien desde el equipo económico buscarán a toda costa evitar un salto en el tipo de cambio oficial, querer no siempre es poder. El próximo trimestre será bien complejo, partiendo de reservas netas negativas y con elevados vencimientos. En este sentido, si bien nuestro escenario base contempla un deslizamiento cambiario en línea con la inflación, la probabilidad de no poder evitar una devaluación discreta se incrementa», evaluó la Fundación Capital.