Hoy, Johnny Depp se vuelve sexagenario. El actor, cineasta y músico, que acaba de estrenar un bodrio en el Festival de Cannes y se fracturó un tobillo, lo que postergará algunas actuaciones con su banda en vivo, viene siendo el centro de atención, también, por razones que van más allá de lo artístico.
Su mediático juicio con su exesposa, la también actriz Amber Heard, fue hace ya un año. Acusado de golpeador y abusador, la intérprete de Aquaman salió perdiendo en el juicio, y Depp, a los pocos días, ya estaba arriba de un escenario, tocando la guitarra junto a Jeff Beck, el músico que falleció en enero de este año.
Cada quien tendrá su película favorita. Estarán quienes lo recuerden como Jack Sparrow, el protagonista de la saga de Piratas del Caribe, basado en el juego del parque de diversiones de Disney, papel para el que contó que se inspiró en Keith Richards, el guitarrista de los Rolling Stones.
Una carrera que tiene mojones, muchos de la mano de quien lo dirigió en El Joven manos de tijera, Sweeney Todd, La leyenda del Jinete sin cabeza, fue Willy Wonka en Charlie y la fábrica de chocolate o Alicia en el País de las maravillas, por nombrar algunas.
Víctima de Freddy Krueger
Su debut como actor no lo tuvo en la televisión, medio que prácticamente no frecuentó, sino en el cine. Era Glen Lantz, una de las primeras víctimas de Freddy Krueger en la primera Pesadilla en lo profundo de la noche (1984), de Wes Craven. Luego Oliver Stone lo llamó para ser uno de los soldados en Vietnam de Pelotón, la ganadora del Oscar. John Waters lo hizo, pero para que protagonizara Cry-Baby, como el chico malo, pero de corazón de oro, de Baltimore.
Con el Oscar coqueteó alguna vez que otra vez, en 2004, cuando lo candidatearon como mejor actor protagónico por Descubriendo el país de Nunca jamás, de Marc Forster, donde interpretó a Sir James Matthew Barry, el creador de Peter Pan, junto a Kate Winslet. Un año antes lo había sido por Piratas del Caribe: La maldición del Perla negra, y en 2008 lo sería por tercera y última vez por Sweeney Todd.
Tuvo sus pifiadas, como en El turista, al lado de Angelina Jolie, y no estuvo nada mal en la muy criticada El Llanero solitario, donde interpretaba a Tonto, el indígena que acompañaba al protagonista.
Últimamente, y debido a las denuncias de Amber Heard, se había quedado prácticamente sin tener que atender el celular, porque los productores no lo llamaban. Estuvo como Grindelwald en las dos primeras de Animales fantásticos (bueno, era casi un cameo en la primera), pero Warner Bros. decidió despedirlo de la tercera y pagarle igualmente los cinco millones de su contrato y reemplazarlo por Mads Mikkelsen.
Fue allí, en Cannes, en su primer contacto con la prensa internacional en años, cuando se refirió al boicot que sufrió de Hollywood, tras las denuncias de su ex.
Depp aprovechó su viaje a la Costa Azul para, el día después de la presentación de Jeanne du Barry, bajar al Marché du filme, el mercado del filme, en el que se venden producciones que aún no comenzaron a realizarse, en busca de inversores. Bueno, él quiere volver a dirigir después de 25 años de su último trabajo como realizador (El guerrero, con Marlon Brando).
Su proyecto es un filme sobre el pintor y escultor italiano Amedeo Modigliani (1884-1920), que producirá junto a Al Pacino y Barry Navidi. Y todos aquellos que quieran poner un dólar.