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Karina Banfi: «Restringir el acceso a la información pública va a tener consecuencias en la inversión y en lo institucional»

-¿Cómo describe la relación entre el Gobierno y la oposición?

-Es un vínculo dinámico que tiene sus momentos. Una cosa es el discurso del Presidente y otra es el rol institucional que tiene la Casa Rosada con el Congreso. No tenemos un vínculo directo con Milei, sino a través de gente como Franco o Karina Miei a través del presidente de la Cámara. Es una buena conversación, manteniendo las diferencias, y se va comprendiendo cada vez mejor el rol que tiene cada uno en cada momento. Como radicales, somos una oposición reformista -ahí puede haber puntos en común-, pero también tenemos una agenda distinta, que refiere a una situación crítica de la posición del Gobierno, que asume después de gestiones populistas, y especialmente esta última que fue desastrosa. Deben ser urgentemente atendidos los jubilados, universitarios y, por supuesto, la pobreza.

-¿Ve homogeneidad en la estructura del Gobierno?

-La integración del Gobierno es muy heterogénea, con actores muy distintos en la toma de decisiones, pero es parte de una particularidad, una identidad que tiene el Gobierno. Uno escucha al Presidente decir a sus propios funcionarios, «vos no tenés que estar de acuerdo conmigo en un 100%», y hasta hay como cierta libertad de pensamiento. Según el interlocutor se puede llegar a acuerdos más fáciles y algunas cuestiones son más resistidas. Toda la reforma económica, el descenso de la inflación, es un proceso positivo que están llevando adelante. La desburocratización que se ha puesto en marcha me parece estratégica y tiene un impacto muy positivo en la gente. Pero si no se hace con fortalecimiento de las instituciones esto no va a servir. La gente quiere un cambio profundo en todos los aspectos, no sólo en lo económico, en lo institucional también. Y esto significa mayor apertura, mayor transparencia, otra comunicación pública en la rendición de cuentas. Es lo que de alguna manera capitalizó Milei hablando de terminar con la casta.

-Respecto del aspecto institucional, ¿hay algún punto en común con la gestión de Macri?

-Con el decreto reglamentario de acceso a la información pública o con el DNU de la SIDE donde reservan fondos cuando hay una ley de inteligencia, claramente no. Veo positivo que haya una nueva reestructuración de la SIDE porque efectivamente tenemos un sistema de inteligencia desmantelado y poco estratégico en sus objetivos. Pero esos fondos, según las leyes de Inteligencia y de Administración Financiera, no tienen que ser reservados. Los que están reservados son los sujetos a operaciones que están bajo el control de la Bicameral de Inteligencia. La CIA tiene pleno acceso a la información pública, sólo se necesita dos clics y aparece el esquema y las políticas públicas de los Estados Unidos. Tienen que rendir cuentas y saber para qué sirve que vos pagues tus impuestos todos los días. Ahí no veo la voluntad que tuvimos en Cambiemos de generar los cambios institucionales después de un populismo tan radicalizado.

La diputada Karina Banfi cuestionó el DNU que otorgó los fondos a la SIDE. Foto: Ariel Grinberg.La diputada Karina Banfi cuestionó el DNU que otorgó los fondos a la SIDE. Foto: Ariel Grinberg.-¿Es transparente que el área de inteligencia quede bajo el control de un asesor del Presidente?

-Hay cantidad de preguntas y dudas acerca de cuál es la responsabilidad de Santiago Caputo y la realidad es que la única responsabilidad es si asesora bien o mal. Si después de esto hay una delegación de parte del Presidente sobre el manejo de las decisiones de algo sigue siendo responsabilidad de Milei, es otro tema. Tiene que estar en la órbita del Presidente la constitución de los sistemas de inteligencia de la Argentina, es así en el mundo, porque va a tener la responsabilidad mayoritaria. ¿Caputo va a tener algún tipo de responsabilidad legal, institucional? No, ninguna.

-¿Cuál es el eje de la polémica?

-Lo preocupante es que hacen un decreto para reglamentar el artículo 3, para reinterpretar el concepto de información pública. Extraen una parte fundamental del concepto de lo que es información pública y que tiene que ver con los borradores, la conversación epistolar de correos electrónicos, los papeles de trabajo, que son papeles preparatorios a la vinculación de una contratación, acuerdos, convenios. El problema es comprender el cambio de paradigma en materia de acceso a la información que sucede en 2006 a nivel internacional, cuando la Corte Interamericana define al acceso a la información como un derecho absoluto.

-Lo que no se termina de entender, cuál es el disparador para este decreto.

-Dicen que hay sujetos que preguntan muchas veces lo mismo y que eso genera una obstaculización en la dinámica administrativa. La ley explica cómo tiene que estar dispuesta la información, incluso en transparencia activa, para ahorrar cada vez más la pregunta y el uso de recursos humanos para responder. No me tenés que reglamentar, tenés que agarrar la ley y aplicarla perfectamente. Hay dos situaciones muy importantes en la Argentina que tienen que ver con los principales usuarios de acceso a la información pública, que no son los periodistas sino que son las empresas.

-¿Cuál es el riesgo de este cambio?

-El Gobierno tiene el mandato del Congreso para privatizar empresas a través de la Ley Bases y a eso se suma el RIGI, dos factores que exigen transparencia, control, se necesita consentimiento informado de las comunidades, informes de impacto ambiental que son parte de los documentos internos hasta que se oficializa el proyecto. Y nos dicen que no me lo van a dar, ese es el peligro. Por eso no voy a parar hasta que lo declare inconstitucional. Además le acaban de dar un dolor de cabeza a la canciller que recibió a la misión de la OCDE y le dijo que somos hermosos, libertarios, creemos en el mercado y tenemos acceso a la información.

Karina Banfi confía en el compromiso asumido por Guillermo Francos de modificación del decreto que restringe el acceso a la información. Foto: Ariel Grinberg.Karina Banfi confía en el compromiso asumido por Guillermo Francos de modificación del decreto que restringe el acceso a la información. Foto: Ariel Grinberg.-Francos dijo que se puede modificar pero no de derogar, ¿cómo termina?

-Si saca algunos puntos que son graves se puede charlar. Pero primero hay que aclarar que es inconstitucional por la forma, legislaron articulados, se extralimitaron. Hay un inciso de las excepciones, que habla de cuando el funcionario no puede entregar la información y cuando se pone en riesgo la vida de las personas. No está reglamentado ese artículo, pero es muy clave porque explica que se pondrá en riesgo la vida de las personas cuando se dé información acerca de la movilidad, tránsito y ubicación. En términos generales, por seguridad del Presidente, no voy a decir qué ruta va a tomar antes y durante. Pero me la das después. Tienen 15 días para contestar. Estoy abierta a conversar con el Gobierno y ayudarlos a entender esto. Creo en la palabra de Francos, porque si se restringe el acceso a la información en la Argentina va a tener consecuencias de inversión, de institucionalidad y por sobre todo en el ejercicio del derecho humano de todos los ciudadanos.

-¿Qué opina sobre el proyecto de Boleta Única que se discute en el Senado?

-La verdad no sabemos bien cómo va a terminar la votación, los cambios que están sobre la mesa, de los dictámenes que se trabajaron en el Senado. Cuidando algunas cuestiones que entendemos que son estratégicas para mejorar el dispositivo de oferta electoral, lo vamos a acompañar. Lo estamos impulsando con Maximiliano Abad, quien se ha puesto a la cabeza para que salga la boleta única papel y nosotros, si vuelve, la vamos a recibir y le vamos a dar un tratamiento expeditivo porque es el momento para votar proyectos electorales.

-En cuanto a las PASO, ¿está a favor de su eliminación?

-No, creo que estamos en un sistema electoral muy distinto a otras épocas en donde las competencias son de frentes electorales y en donde las plataformas de las PASO enriquecen, no solo la votación, sino que mejora la oferta electoral definitiva que se le da a la sociedad en un sistema de participación. Pero si hay que mejorarlas, en su estructura y en los procedimientos. Estamos estudiando si tienen que ser optativas en vez de obligatorias y si es necesario competir cuando no hay competencia interna.

-Respecto del veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria, ¿cuál es el panorama?

-Es difícil buscar una mayoría especial, como los dos tercios. No es imposible. Vamos a trabajar para alcanzar el miércoles esa mayoría en esta sesión que pedimos. El Gobierno tiene una situación de redistribución de los ingresos de la caja como para atender a aquellos sectores que han estado desventajados históricamente. En 2017 hicimos un esfuerzo extraordinario con lo que fue promover desde el Congreso, cumpliendo con los fallos judiciales y con una manda constitucional, la generación de una fórmula de movilidad jubilatoria para darle previsibilidad a los jubilados. Después Alberto Fernández la derogó y estuvo a decreto limpio con bonificaciones cuando quería. Los jubilados hoy son bonos dependientes del Estado. No puede ser eso parte de una política pública.

-¿Están a favor de una reforma integral al sistema previsional?

-Sin ninguna duda, estamos esperando cuál es el plan. Hay infinidad de proyectos en el Congreso que no solo tienen que ver con aumentar la edad jubilatoria de las mujeres. Tiene que ver con todo un sistema estructural que hay que poner en la mesa y redefinirlo. Pero acá solamente estamos hablando de la movilidad jubilatoria. No estamos pidiendo nada raro. Insisto, el Gobierno tiene que fijar cuáles son sus prioridades.

-¿Cómo ve la intención del Presidente de presentar personalmente el Presupuesto?

-Lo espero con expectativa. Me parece interesante y es parte de la contradicción que tiene Milei con respecto a la cosa discursiva que lo trajo a ser Presidente. Convengamos que Milei es un producto mediático, un influencer de opinión con muchos seguidores y que va a la institucionalidad. Empezó dándole la espalda al Congreso cuando asumió el 10 de diciembre y, transcurridos 9 meses de gobierno, aprendió que en realidad la institucionalidad le da mucho más valor a su gobierno que despojarse de cuestiones institucionales. Cuando vino a la apertura de las sesiones ordinarias y lo hizo parado en un atril hablándole a toda la Asamblea Legislativa fue uno de los momentos más destacados de fortaleza institucional de su rol como presidente. El Pacto de Mayo que propone, que quedó un poco desdibujado y tiene que hacer un trabajo muy fuerte en sus vínculos con los gobernadores, es institucional y fortalece la dinámica federal que tiene la Argentina. Que venga a presentar el presupuesto le da una jerarquización y de alguna manera enmienda a lo que hizo el año pasado, cuando le pidió al entonces ministro Massa que retirara el proyecto de presupuesto.

-¿Cómo ve la política comunicacional del Gobierno, con la presencia de los trolls en las redes?

-Me divierten. Hay que desdramatizar un poco. No hay un derecho humano a tener redes sociales. Si a mí no me gusta una red social, me retiro y listo. No tengo muchos trolls que me siguen, pero son kirchneristas, porque se habla de los trolls de la derecha. Los únicos que no tienen trolls son los radicales porque nosotros nos troleamos históricamente, porque somos un partido que concluye en la toma de posición y en el debate interno muy fuerte. Todo es parte del folclore actual que hay que saber llevarlo.

Karina Banfi advirtió que nominación de Lijo es «una trampa» porque la banca corresponde a una mujer

La diputada nacional por la UCR, Karina Banfi, advirtió que la nominación de Ariel Lijo para la Corte Suprema de Justicia es «una trampa que subsume la conversación pública en nombres propios». De acuerdo a su interpretación, antes de avanzar con el tratamiento de los pliegos del juez federal y de Manuel García-Mansilla, el otro candidato del Gobierno, se debe definir la paridad de género.

«Las dos vacantes producidas en la Corte Suprema corresponden a mujeres. Antes de que se revisen los nombres propios que envió el Gobierno, el Congreso, que es el garante del respeto del artículo 34 de la Constitución Nacional, debe resolver la cuestión de género», aseveró la legisladora que se presenta como una militante feminista.

Consultada sobre las razones que llevaron a Javier Milei a designar a dos hombres para el máximo tribunal, Banfi no dudó y afirmó que esta situación se da porque «la política es muy machista, y mucho más la judicial».

«Desde el 8 de marzo salimos desde la provincia de Buenos Aires, acompañada por todas las legisladoras a plantear que el Congreso o el Senado tenía que poner en cuestión el tema de género sobre las vacantes de la Corte», resaltó la diputada, quien admitió que también hubo una falta de compromiso de la Unión Cívica Radical (UCR) en defensa de la paridad.

Por eso, Banfi reclamó que el Comité Nacional debe plantear en el Senado, a los bloques, que antes de tratar los pliegos a la Corte Suprema, se resuelva la cuestión de género.

En cuanto a la posibilidad de ampliar la integración del máximo tribunal, la legisladora explicó que es una propuesta que lleva adelante el Gobierno, que «por un lado dice que no hay plata y por otro habla de ampliar la Corte porque se encapricharon con dos nombres propios y es la manera de dejar contentas a las mujeres».

Las declaraciones de Banfi se dan en un momento que están empantanadas las conversaciones para que la comisión de Acuerdos del Senado pueda emitir dictamen a favor de los pliegos de Lijo y García-Mansilla.

Esta situación se dio por la falta de acuerdo entre el oficialismo y el kirchnerismo que aspiraba a colocar a un candidato propio en el máximo tribunal y avanzar con una ampliación en su integración para atender la paridad de género.

Incluso hubo tensión dentro del propio radicalismo porque un sector que está alineados con los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes) piden a Martín Lousteau, jefe del Comité Nacional, que fije posición sobre la candidatura de Ariel Lijo.

Karina Banfi es diputada nacional desde 2015. Foto: Ariel Grinberg.Karina Banfi es diputada nacional desde 2015. Foto: Ariel Grinberg.

Itinerario

Karina Banfi aún recuerda aquel 30 de octubre de 1983,  cuando durante los festejos del triunfo de Alfonsín en la Plaza Rivadavia de Bahía Blanca le dijo a su papá: «yo quiero hacer política». Ahí supo que su  abuelo había sido dirigente e intendente radical de Villarino, al sur de Bahía. «Y a partir de ahí, nunca cambié de idea», destaca la actual diputada.

Si bien nació y creció en Bahía Blanca, Banfi estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires y deesde 2015 ocupa una banca en la Cámara de Diputados, donde desembarcó con un firme objetivo que era avanzar en una legislación sobre acceso a la información pública.

Justamente hizo cursos de posgrado en Derecho de Acceso a la Información Pública en la Universidad de Oxford y en American University.  Además fue cofundadora de la Alianza Regional por la Libre Expresión e Información, una organización internacional no gubernamental con sede administrativa en Montevideo, Uruguay.

En los últimos años se destacó como una de las legisladoras que potenció el debate por la igualdad de género. Es presidenta de la Red Parlamentaria para la igualdad de género de ParlAméricas y secretaria del Grupo Nacional de Parlamentarians for Global Action.

Tiene una hermana, está casada desde hace 23 años y tiene 2 hijos.

Al toque

Un proyecto: Ley de acceso a la información pública

Un líder: Raúl Alfonsín

Un prócer: San Martín

Un amigo: los que me hacen llorar de risa.

Una comida: milanesa napolitana

Una bebida: una copa de vino

Una sociedad que admire: la Argentina por su resiliencia

Un recuerdo: mi infancia en el Sur de la Provincia.

Un placer: estar con mis hijos

Un sueño: ver a la Argentina creciendo en su prosperidad.

Una película: The Help (Historias Cruzadas)

Una serie: Counterpart

Un libro: La política como vocación de Max Weber

Un desafío: lograr que la política sirva más y mejor a la sociedad.

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