Vestido para la ocasión con una camisa de Ao Po’i, ese tejido tan típico de Paraguay, Juan Napoli, titular del Banco de Valores, presentó a Santiago Peña, presidente paraguayo como el mejor de América Latina.
Napoli, que en 2023 organizó la “contra cumbre de IDEA” le reserva el puesto de mejor del mundo, precisamente, al argentino Javier Milei. Decididamente este es un encuentro empresario plagado de elogios hiperbólicos.
Este banquero, con negocios en el país vecino y que está a la espera que el Banco Central paraguayo le apruebe nuevos fideicomisos, resaltó la performance económica del “milagro paraguayo”, con un crecimiento de 5% este año, una inflación anual inferior al 4% y una inversión directa que se multiplicó por seis.
Pero la gran novedad corrió por cuenta del presidente Peña: Paraguay obtuvo el Investment grade, el grado de inversión que lo hace elegible para los grandes fondos institucionales. Su riesgo país es 178 puntos.
Y se nota con el ingreso de compañías extranjeras y la pujanza que lo coloca como el primer exportador de energía limpia, el tercero en yerba y el octavo en carne. Y últimamente genera US$ 450 millones en exportaciones de autopartes: Paraguay se está industrializando y también captando compañías de la industria del conocimiento. “Queremos ser un hub de desarrollo digital”, se entusiasmó Peña.
Peña llegó a Mar del Plata desde Córdoba donde participó de la Asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa. Y resaltó el rol de las instituciones democráticas. De 45 años, entrevistado por Eduardo Feimann, se despachó con una anécdota.
“Cuando estaba en la inauguración de las Olimpíadas en París me acerqué a Bill Gates y le dije que era el presidente de un país que tiene el 100% de energía limpia. Se llama Paraguay. Gates me confesó que no sabía que existíamos. Lo triste es que también a muchos paraguayos les cuesta ver el país, convencerse de que somos una oportunidad”, soltó.
En el salón del remozado Costa Galana, entre exquisiteces como las truchas marinadas que aportó Luis Galli, el CEO de Newsan, lo celebraron desde el economista Luciano Laspina, Cristiano Rattazzi que ofreció llevar su negocio de helicópteros a Asunción, Guillermo Stanley y Damián Pozzoli, del fondo Inverlat dueño de Havanna, el banquero Marcos Prieto, Carlos Areco del grupo que lleva su apellido, el jefe de la Comisión Nacional de Valores, Roberto Silva y el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro.
El presidente paraguayo, que tiene dos hermanos argentinos, contó que su país sucumbió en la guerra de la Triple Alianza y muchos años después por una dictadura como la de Stroessner que se extendió 35 años. “Augusto Roa Bastos definió a Paraguay como una isla rodeada de tierra. Mi tarea es volver al mundo y entusiasmar a los paraguayos, mostrar un camino. Paraguay tiene una gran oportunidad como un puente de integración regional”, señaló al describir el corredor que une la zona de Matto Grosso de Brasil con la salida al mar en Chile.
También, la transformación de la hidrovía de la que existen unos 3.000 kilómetros para aumentar la navegación. “La salida a Chile va a disminuir 20 días la ruta hacia Asia, imaginen el ahorro en fletes”, desafió.
Y hasta buscarán gas en la zona del Chaco paraguayo. “Somos un pequeño Qatar”, pareció exagerar.
De paso, envió una señal a su colega argentino: “La estabilidad es una condición, hay que cuidarla, pero no es suficiente. Es muy importante la determinación de Milei, porque ninguna política pública se puede desarrollar sin estabilidad. Pero hay que construir las paredes que son las instituciones”.
Peña también se refirió a la regla 10, 10 y 10. “Hicimos una reforma tributaria para ensanchar la base de los que pagan impuestos, bajando los impuestos y así llevamos el IVA al 10%, las Ganancias al 10% y en el caso de Ganancias a personas físicas dispusimos que se puedan deducir el 100%. De esa manera aumentamos en US$ 1.000 millones la recaudación”.
Al final Peña dejó una primicia. Acaban de realizar la primera emisión de deuda en Nueva York en moneda local, es decir en guaraníes. Lo respalda lo que está sucediendo con la industria de celulosa. Están terminando la primera de las tres plantas que insumen US$ 4.000 millones de inversión.