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Largan los cuartos de final del Mundial de rugby 2023: ¿el torneo se quedó sin los «payasos» y los resultados abultados?

Los partidos de la fase inicial del Mundial de rugby de Francia 2023, con 20 equipos repartidos en cuatro grupos, evidenciaron las diferencias entre las selecciones de primer nivel y las de segundo o tercer orden que lograron su clasificación. Quien mejor graficó el desnivel fue Pablo Lemoine -uruguayo, entrenador de Chile y calentón- quien en plena conferencia de prensa tras una derrota por 71-0 ante Inglaterra dijo: “De un lado estamos los payasos y del otro los dueños del circo”.

En su bronca, Lemoine sintetizó una idea que comparten varias selecciones del nivel de los Cóndores e incluso otras, que desde la perspectiva del entrenador estarían del lado de los animadores.

Chile, Rumania, Portugal, Namibia e incluso Italia o Uruguay, no tienen competencias anuales frente a rivales de jerarquía, como los que se miden en una Copa del Mundo. Es como preparar un Fitito para carreras durante cuatro años y encontrarse luego en una pista con los mejores de la Fórmula 1.

¿Qué es lo que reclama Lemoine? Lo que consiguieron Los Pumas: su Championship anual con Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica que, en definitiva, les garantiza dos partidos con cada una de esas potencias y un ritmo de primer nivel, como en los Mundiales. Así Los Pumas se ganaron su lugar en el Tier 1.

Once de los 40 partidos que se jugaron por la fase de grupos en Francia 2023 dan cuenta de esa diferencia abismal. El segundo partido de esta competencia todavía en curso, tuvo a un Italia 52-Namibia 8, que inauguró resultados desparejos. El tercero, peor: Irlanda 82-Rumania 8.

Después de la derrota inédita en la primera fase mundialista, los All Blacks vapulearon a Namibia con un 71–3. Sudáfrica le ganó a Rumania 76 a 0, Francia a Namibia por 96–0 e Inglaterra a Chile 71– 0, que motivó la bronca de Lemoine. Es que Chile en sus últimos dos partidos -sumándole su despedida ante Los Pumas- recibió 130 puntos en contra y marcó apenas 5.

Pero los casos testigo no se agotan. Nueva Zelanda demostró la medida de Italia con un holgado 96–17, Escocia goleó a Rumania 84–0, los All Blacks apabullaron 73–0 a Uruguay y Francia se impuso de manera contundente a Italia por 60–7.

Portugal dio uno de los pocos golpes del Mundial al vencer a Fiji. Foto: AFPPortugal dio uno de los pocos golpes del Mundial al vencer a Fiji. Foto: AFPY los dichos de Lemoine cobran más fuerza aún en los partidos en los que las diferencias no son dramáticas. Los «payasos» saben divertir de varias formas: Samoa casi le gana a Inglaterra, que terminó triunfando por 18-17. Portugal logró su primera victoria en un Mundial ante Fiji 24-23, el único que pese a esa caída llegó a cuartos de final sin estar en los planes de nadie.

De esos once partidos de diferencia abultada, ocho registraron más de 70 puntos por primera vez en la historia del torneo. La última vez que había sucedido algo similar fue hace 20 años, en el Mundial de 2003, y hasta ahora la tendencia no se había incrementado. En parte, el fenómeno también se puede explicar en las recientes consignas arbitrales para bajar la altura de los tackles que favorecen al ataque.

Pero la verdadera explicación se encuentra en el reglamento de juego, sino en el de “elegibilidad”. Y ahí la asimetría económica juega un papel fundamental: los cotizados jugadores de las islas del Pacífico siguen siendo captados por los gigantes regionales Nueva Zelanda y Australia, pero también por las potencias del norte, a las que tienen derecho tras cinco años de residencia.

«Nunca cerraremos la brecha en materia de dinero, es un sueño imposible. Todos los jugadores elegibles no juegan para nosotros. Deben hacer sus propias elecciones con respecto a sus contratos, la manera en la que se ocupan de sus familias, no es una negociación. Es su trabajo y nosotros no podemos interferir en su deseo», explicó a la agencia AFP el director general de la Federación de Tonga, Peter Harding.

Pablo Lemoine, entrenador de Chile. Foto: AFPPablo Lemoine, entrenador de Chile. Foto: AFPSin billetera para captar talentos foráneos, los equipos que pertenecen al Tier 2 o 3 reclaman competencias que les permita, con el tiempo, mejorar su performance. Es decir, ni más ni menos, jugar ante las potencias para preparar a los jugadores al alto nivel.

«Esta selección jugó ocho partidos en cuatro años. Hemos jugado los mismos en tres meses, esto muestra que si pudiéramos jugar ‘test matches’ suficientes, estaríamos bastante mejor preparados” reclamó el entrenador de Namibia, Allister Coetzee.

Y ahí está el anclaje de Lemoine. «Llegamos al Mundial sin haber jugado contra un equipo del Tier ‘ desde hace cuatro años. Si no jugamos nunca a esta intensidad, ¿cómo saber lo que pasa tras 20 o 40 minutos?», se preguntó el entrenador después que Chile perdiera ante Inglaterra tras una digna resistencia de 20 minutos.

Posibles soluciones al dilema de Lemoine

Está en estudio la creación de una liga mundial bianual a partir de 2026 de la que participarían los equipos del Seis Naciones, los cuatro del Rugby Championship y dos invitados. ¿Pero quienes serán los invitados? No hay lugar para muchos emergentes, por lo visto.

El Mundial de Francia le tendió un puente a Chile con Japón y Samoa: planean partidos en las ventanas 2024 para jugar amistosos. Incluso Inglaterra podría sumarse con Inglaterra XV, la versión B del equipo principal, como Argentina XV y Los Pumas.

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