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Por qué la miniserie francesa «La luz que no puedes ver» pinta como la mejor del año

En este caso no es anecdótico que sea la serie de Netflix más vista en la Argentina. Porque La luz que no puedes ver no sólo supo generar expectativa en su recorrido de promoción (y entonces el día del estreno la esperaba una multitud), sino que, puesta en pantalla, tiene todos los números para ser declarada como la serie del año.

De factura impecable, cuenta la guerra desde una oscuridad simbólica que le hace jaque mate al título de esta ficción basada en el best-seller homónimo de Anthony Doerr, ganador del Premio Pulitzer del 2015.

Sobre la Segunda Guerra Mundial se ha escrito, dicho, visto y callado mucho. Este relato va por otro carril, quienes hayan leído el libro lo habrán comprobado en su momento. Y quienes ahora aborden la historia que Stephen Knight adoptó para el streaming podrán confirmarlo. No cuenta, tampoco, un vínculo más en medio del horror. No es el retrato del amor tradicional. Es un fresco de la luminosidad que resisten en el bombardeo.

Los cuatro pilares del éxito

La debutante Aria Mia Loberti y Mark Ruffalo, en los roles de hija y padre. Foto Netflix.La debutante Aria Mia Loberti y Mark Ruffalo, en los roles de hija y padre. Foto Netflix.1) La historia

Marie-Laure Leblanc, una niña ciega a la que su padre dotó de herramientas para defenderse bien en la vida, encuentra en los relatos de un hombre desconocido (que llegan por una frecuencia de radio) un compilado de lecciones y de dosis esperanzadoras.

Empleado del Museo de Historia Natural de París, Daniel Leblanc (Mark Ruffalo) decide mudarse con su hija al pequeño pueblo de Saint-Malo, corridos por el riesgo y la avanzada bélica.

Con los años, Marie-Laure (interpretada por la debutante Aria Mia Loberti) no sólo sabe ingeniárselas sola, sino que los mensajes radiales que ella envía, como si fueran los modernos podcast, en medio de la Guerra son escuchados por el enemigo, y también por Werner Pfening, un soldado alemán que, de chico, en un orfanato, escuchaba lo mismo que ella.

En los relatos de la infancia, se ve la crianza de la nena a la que el padre supo darle alas ante la adversidad. Foto Netflix.En los relatos de la infancia, se ve la crianza de la nena a la que el padre supo darle alas ante la adversidad. Foto Netflix.No se cruzarán hasta el final. Vale la pena esperar para ese instante en el que no necesitarán los ojos para verse las almas.

2) El tributo a la resistencia y la resiliencia

A lo largo de cuatro episodios (que merodean la hora cada uno), la serie va y viene en el tiempo, para entender cómo fue criada la niña que de joven se convierte en una pesadilla para el régimen nazi.

Su tío, Etienne, un veterano de la Primera Guerra Mundial, encabeza la resistencia de una trinchera hogareña y psíquica.

Marie-Laure y Daniel Leblanc deben dejar París para refugiarse en la casa del tío Etienne, en Saint Malo. Foto Netflix.Marie-Laure y Daniel Leblanc deben dejar París para refugiarse en la casa del tío Etienne, en Saint Malo. Foto Netflix.Desde el frente de batalla, curiosamente, hace lo propio Werner, el chico que creció en el orfanato junto a su hermana, donde sorprendía por su habilidad con la tecnología. No pasó demasiado tiempo para que las SS los reclutaran para el Programa de entrenamiento de Juventudes Hitlerianas. Y fue obligado a luchar por los nazis.

Pero no todas las obligaciones matan los valores.

3) Las actuaciones

Más allá de algunos nombres resonantes, La luz que no puedes ver presenta un dream team de actuaciones sutiles, rodeadas por los grises amarronados de la guerra, pero con la estridencia de las cuerdas bien tocadas en cada escena.

Lejos del Dr. House que lo volvió internacional, Hugh Laurie compone a un veterano de guerra que no olvida. Ni traiciona.Lejos del Dr. House que lo volvió internacional, Hugh Laurie compone a un veterano de guerra que no olvida. Ni traiciona.Mark Ruffalo como el padre de la criatura cautiva para darle a su personaje ese cóctel perfecto de impotencia ante la ceguera y de necesidad de abrirle las alas. El tío Etienne, encerrado en sus sombras, demuestra que Hugh Laurie no sólo fue el inolvidable Dr. House.

Y la sólida empatía a la distancia -y en la cercanía- de Marie Laure y de Werner hace que Aria Mia Loberti y Louis Hoffman dejen en claro que actuar es mucho más que jugar.

Él viene de series como Dark, ella no tiene experiencia en este oficio. Fanática del libro, se presentó al casting de la serie cuando le comentaron que buscaban a una actriz con ceguera o trastornos de visión. Y Loberti padece de acromatopsia, un trastorno de la retina que le impide ver los colores. Se filmó, mandó un video y enseguida estaba escuchando el grito de «Acción».

4) Los símbolos de una narración delicada

La serie también cuenta de dónde viene Werner, criado en un orfanato junto a su hermana. La deja para ir a la Guerra y promete no perder su esencia. Foto Netflix.La serie también cuenta de dónde viene Werner, criado en un orfanato junto a su hermana. La deja para ir a la Guerra y promete no perder su esencia. Foto Netflix.Al margen de la delicadeza de cada línea del libro de Doerr, la dirección de Shaw Levy permite que la serie evite los golpes bajos tan tentadores de los relatos bélicos.

No está romantizada la guerra ni mucho menos, pero hay en las voces radiales, en las piedras del Museo guardadas por el padre de Marie Laure (una, especialmente, es la más buscada por el enemigo), en la certeza del otro aunque uno no lo tenga cerca, en lo que está pero no se ve y en lo que se ve pero no se palpa, una combinación conmovedora.

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