En Mendoza, el equipo de Gandolfi se impuso por 1-0 con el gol de Garro y avanzó a los octavos de final, donde chocará con Colón o Lanús.
A River le duró la resaca de los festejos por el campeonato. Cayó ante Talleres 1-0 en Mendoza y se quedó eliminado tempranamente de la Copa Argentina, en la que no perdía un partido en los 90 minutos desde hacía 31 partidos. La última vez había sido contra Rosario Central (lo venció 2-0 en San Juan), en 2015. Y también se le cortó una racha de 13 triunfos consecutivos que traía en el Malvinas Argentinas del ciclo de Marcelo Gallardo.
El campo de juego aún tenía rastros del partido que jugaron Los Pumas contra los All Blacks hace casi dos semanas. Y este River ante Talleres era tan esperado como aquel encuentro internacional de rugby. Es que, a pocos días de haberse definido la Liga Profesional, se medían el campeón ante el que seguramente será sub-campeón. Y no defraudaron. Fue una final anticipada.
Dirigidos por dos amigos -justo en el día que se celebraba la amistad-, como lo son Martín Demichelis y Javier Gandolfi, quienes compartieron la misma categoría (´80) y la pensión en las Inferiores del club de Núñez, River y Talleres tienen varias similitudes, entre ellas la manera de pararse en la cancha, con sistemas tácticos espejados, la premisa de ser protagonista y la búsqueda constante del gol. No es casual que sean los equipos más goleadores del fútbol argentino.
Talleres fue el que estuvo más activo al presionar alto y mover la pelota rápido, de un lado a otro. Y River intentó respondió con su juego interno y la apertura por las bandas. Ambos tuvieron llegadas en el inicio del encuentro, pero fueron inhabilitadas por posiciones adelantadas.
De todos modos, el que marcaba el ritmo del partido era el conjunto cordobés. Aunque recién cerca de la media hora pudo exigir a Armani con un remate de media distancia de Ortegoza y otro, de tiro libre, de Bustos. Y la más clara la tuvo unos minutos después Garro, indetectable para los volantes y defensores de River. De frente al arco, reventó el palo izquierdo.
Talleres intentaba por el lado de Valoyes pero Paulo Díaz estuvo en un par de cruces. Entonces, la “T” volcó el juego como al inicio por la izquierda. Y entre el callejón de Herrera y Rojas (reemplazaron a Casco y González Pirez, respectivamente), Sosa quedó solo y definió con un toque sutil pero Armani le adivinó la intención y manoteó la pelota al córner. Y un rato después salió rápido para cortar un avance peligroso. Pero solo no pudo Armani. Y tras una serie de rebotes y de una pelota que ninguno de los defensores pudo despejar, el balón cayó en los pies de Garro, que rompió el arco de un zurdazo.
Nacho, justamente, apareció más en el complemento y tuvo otra chance con un zurdazo que se fue apenas desviado por arriba. Pero lo que más necesitaba River eran cambios para tener más presencia ofensiva y movilidad. Entró Pablo Solari por Aliendro, pero tarde. Y al ex Colo-Colo lo contuvieron bien. Con el orden que el conjunto cordobés tuvo del medio hacia atrás, con Ortegoza como eje.
Las últmas pelotas fueron aseguradas por las manos de Herrera. Y cuando Rapallini pitó el final, Talleres pudo festejar. Volvió a ganarle a River como lo hizo en el torneo, dio el golpe, y ahora, después de quedarse en las puertas de la Liga, en manos del Millonario, irá por la Copa Argentina.