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Vuela el dólar blue: por qué es la única cotización que sigue subiendo fuerte tras la devaluación

Así como el triunfo contundente de Javier Milei en las PASO rompió todos los pronósticos de las encuestadoras, la escalada que está tomando el dólar blue se despega de las proyecciones de los economistas. Nadie espera que Milei obtuviera el 31% de votos ni que el blue llegara $ 780 en menos de tres días .

Hasta ayer, el informal en $ 730 equiparaba la suba del dólar oficial tras la devaluación dispuesta por el ministro Sergio Massa a instancias del Fondo Monetario: el blue subió 20% contra 21,8% del tipo de cambio.

Ahora, el blue acumula en solo tres ruedas un salto de 175 pesos, lo que representa un avance del 27%. Y ya nadie se anima a pronosticar cuál es su techo.

¿Por qué sigue subiendo el blue, mientras los otros dólares, tanto el oficial como los financieros, se mantiene tras el ajuste posterior a las PASO?

Pese al anzuelo con el que el Gobierno buscó bajar la demanda sobre el blue, subiendo la tasa de plazos fijos al 118% anual, la apuesta al billete verde se potencia con Milei reafirmando ante cada micrófono que encuentra su decisión de avanzar en una dolarización si finalmente accede a la Casa Rosada.

A la vez este overshooting se potencia en un mercado que se achica cada vez más. Es que ante la falta de certezas, quienes tienen billetes tratan de guardarlos. Solo venden los que deben pagar deudas y afrontar otro tipo de obligaciones.

Del lado del comprador, la demanda es prácticamente infinita: solo encuentra tope en los raídos bolsillos de los argentinos.

En un mercado chico y al borde de un ataque de pánico, el blue llegó a tocar $ 790 esta mañana, aunque fueron muy pocas las operaciones, con un volumen que está muy por debajo de los US$ 5 millones diarios que, según estimaciones del mercado, se mueven en las cuevas.

En poco menos de dos horas cedió a $ 765, pero desde allí retomó los $ 780. «Está todo roto, hay anarquía, el blue no tiene precio: puede ser $ 730 u $ 800″. Así, el blue se mueve entre las expectativas dolarizadoras que llevan a pensar que cualquier precio es barato y la falta de confianza que genera un gobierno que parece haberse gastado en una sola mano la única carta fuerte que tenía.

Hace un mes el el encuentro Democracia y Desarrollo organizado por Clarin en el MALBA, economistas de distintas vertientes coincidieron en que devaluar sin un plan no tenía sentido.

“Devaluar sin unificar el mercado cambiario y sin liberalizarlo no sirve para nada puede producir un ‘Rodrigazo’. El tema de la secuencias de las medidas que hay que tomar es fundamental”, alertó el ex ministro Domingo Cavallo. En la misma línea se pronunciaron Jorge remes Lenicov y Alfonso Prat-Gay.

Pero urgido por las condiciones que puso el Fondo Monetario para garantizar el desembolso de US$ 7.500 millones. Massa jugó la carta devaluadora sin presentar una estrategia creíble.

El Gobierno dejó trascender -sin que haya existido ninguna comunicación oficial- que la cotización de $ 350 en el mayorista se mantendría hasta octubre. 

Pero el mercado ya no cree en estas promesas, por lo que el Gobierno tuvo que aplicar nuevas restricciones para el monto máximo que se puede operar con los dólares financieros en bonos.

El que rompe los esquemas es el blue, que tradicionalmente se movía a mitad de camino entre la cotización del MEP -hoy en $ 658 y el contado con liqui, que se negocia a $ 710-.

Hoy el MEP llegó a rozar los $ 700, pero al mediodía se retrajo merced a la intervención oficial. En la previa a las PASO, el equipo económico venía volcando US$ 100 millones diarios para frenar al MEP. Y aquí surge la otra duda del mercado: ¿cuánto margen -o divisas – le quedan al Gobierno para seguir interviniendo en el MEP?

Aunque lleguen los dólares prometidos por el FMI, ese monto de US$ 7.500 millones se destinará casi totalmente a repagar deudas, por lo que las reservas seguirán casi tan escuálidas como hoy. 

Otra de las claves de la escalada del blue es que el traslado a precios de esta devaluación es prácticamente del 100%. En las últimas horas los comercios vienen recibiendo listas con justes de precios que van del 15% al 25%. Y en muchos casos, directamente dejan de vender en medio el tembladeral. Esto ya deja un pico de inflación para agosto del 12% y podría darse un registro similar en septiembre.

Con inflación en alza, traslado pleno a precios, poca oferta de productos y billetes, más restricciones en los dólares financieros y una suba de tasas que ya parece haber quedado vieja, el blue es la válvula que transmite el ataque de pánico del mercado cuando faltan todavía diez eternas semanas para las elecciones de octubre.

En el medio, el ministro candidato ya lleva tres días sin hablar -la última vez que lo hizo fue en su rol de candidato tras los comicios- y las señales que transmite su equipo queriendo enarbolar por enésima vez la bandera del acuerdo de precios como única respuesta no hacen más que fogonear la corrida.

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