El rescate de los cuerpos de las víctimas mortales de la mortífera DANA que ha arrasado buena parte de la provincia de València, estimadas oficialmente en 92, pero que superarán con creces el centenar, se está viendo ralentizado por las dificultades que aún persisten en el acceso a los puntos donde se han producido esas muertes. Es el caso, por ejemplo, de varios fallecidos dentro de sus vehículos, arrastrados por la riada que desbordó el barranco del Poyo a la altura de Torrent, inundando de manera sorpresiva el corredor comarcal cuando circulaban por él numerosos vehículos.
Así, los dos principales esfuerzos de los equipos de emergencias es el rescate de los cuerpos, con prioridad absoluta de los que están en la vía pública, y su identificación. En este sentido, la Policía Nacional y la Guardia Civil están enviando a València equipos especializados en identificación de cadáveres en grandes catástrofes para unirse a sus equipos de Policía Científica y Criminalística, respectivamente, y agilizar al máximo la identificación de las víctimas, cifradas, por el momento, en 70, pero que los pronósticos más pesimistas elevan a más de un centenar.
Además, está previsto que se incorporen al equipo de identificación 17 médicos forenses y un auxiliar de refuerzo procedentes de otros institutos de Medicina Legal para reforzar la labor de los médicos forenses valencianos, que trabajan sin descanso desde primera hora de hoy en once equipos: nueve en la calle, realizando los levantamientos de los cuerpos y otros dos en las entrevistas antemortem, en la Comandancia de la Guardia Civil y en la Jefatura Superior de Policía, ambas ubicadas en Valencia. Cinco de estos médicos y el auxiliar proceden de Alicante, cinco de Castellón, cinco de Murcia y otros dos de Baleares, según ha informado el TSJCV.
Una vez que los nueve equipos mixtos de agentes policiales y forenses levantan los cuerpos, estos son trasladados a la Ciudad de la Justicia, en cuyo sótano ha sido habilitada una planta entera para acoger los cadáveres y realizar las primeras labores forenses.
Prioridad: identificar a las víctimas
La prioridad absoluta es la identificación de las víctimas mortales, por lo que, en algunos casos y cuando ha sido posible, se les toman las huellas dactilares en el mismo levantamiento. En otros casos, esa labor se realiza a la llegada a la Ciudad de la Justicia. Una vez obtenida la huella necrodactilar (la tomada a una persona fallecida) se coteja con la almacenada en la base del DNI siempre y cuando se tengan ya sospechas de su identidad.
En caso de que no se sepa quién es, se utilizan los datos recogidos en la entrevista antemortem con sus familiares, en la que estos aportan todos los posibles rasgos físicos e identificativos (tatuajes, marcas, cicatrices…), así como la descripción de la ropa o efectos personales. Ello permite después compararlo con los cuerpos a medida que se van recuperando, y en cuanto hay coincidencias, ya se busca la identificación definitiva a través del cotejo de sus huellas necrodactilares con las de su DNI almacenadas en la base de datos policial.
La mayor parte de esas entrevistas antemortem han sido realizadas por videollamada, dadas las dificultades de acceder a València desde los municipios afectados, que es en los que residían los desaparecidos y, por tanto, sus familias.
En ese caso, lo más normal es que todas las víctimas puedan ser identificadas por huellas dactilares y que no sea necesario acudir al ADN, ya que sus improntas se presumen perfectamente conservadas dado el tipo de fallecimiento y el escaso tiempo transcurrido entre la muerte y el rescate del cuerpo.