El gobierno de Irán lanzó este viernes una amenaza directa contra un funcionario argentino que, actualmente, es el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en medio de una nueva escalada de tensiones diplomáticas y militares en Medio Oriente.
La advertencia provino de Ali Larijani, uno de los principales asesores del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, quien publicó un mensaje en redes sociales con una frase contundente: “Una vez que termine la guerra, nos ocuparemos de él”, anunciaron contra Rafael Grossi, el referente de la OIEA. La frase fue interpretada como una amenaza personal hacia el diplomático argentino, con trayectoria en organismos multilaterales y a cargo del monitoreo internacional sobre el uso de energía nuclear.
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El conflicto se enmarca en un momento de máxima sensibilidad en la región, especialmente por la confrontación entre Irán e Israel. En ese contexto, el OIEA publicó recientemente un informe técnico en el que detalla los niveles de uranio enriquecido que Irán mantiene en distintas instalaciones nucleares del país. Según ese documento, Teherán posee suficiente material como para producir armas nucleares si eleva el nivel de procesamiento del uranio acumulado.
Foto: X de @rafaelmgrossi
La evaluación del organismo internacional generó una reacción inmediata en el régimen iraní, que acusó a Grossi y al OIEA de influir en la posición de la comunidad internacional frente al conflicto. En particular, consideran que ese tipo de reportes alimenta el respaldo político y militar a Israel.
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El propio Grossi respondió a las acusaciones en una entrevista con la cadena CNN. En ese diálogo, el diplomático argentino señaló: “un informe sobre la verificación nuclear en Irán difícilmente puede ser la base de una acción militar. Venga de quien venga, es una decisión política que no tiene nada que ver con lo que nosotros decimos”.
El OIEA, con sede en Viena y dependiente de la ONU, tiene como función principal garantizar que el desarrollo nuclear en los países miembros se destine exclusivamente a fines pacíficos. Bajo ese mandato, ha mantenido un monitoreo constante sobre las actividades nucleares de Irán, especialmente desde la firma del acuerdo de 2015 (JCPOA), del cual varios países se retiraron o dejaron de cumplir tras el colapso del entendimiento en 2018.
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La amenaza contra Grossi representa un hecho inusual en la diplomacia internacional. No solo porque está dirigida a un alto funcionario de un organismo técnico de Naciones Unidas, sino porque eleva el nivel de confrontación entre Irán y los entes multilaterales que supervisan el cumplimiento de tratados internacionales.