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Una mujer fue agredida en La Nación y Olavarría

Dos días después de que ocurriera un grave hecho de acoso sexual en el barrio Pueyrredón, personal policial del Brigada de Investigaciones y de la Comisaría de la Mujer trata de individualizar al agresor.

Todo ocurrió a partir de las 7.10 del domingo, cuando la víctima aguardaba el colectivo en la esquina de La Nación y Olavarría. Fue entonces cuando se le acercó un sujeto de aproximadamente 1,60 metro, de entre 35 y 40 años, delgado, pelo corto y al que le faltaba un diente.

“Se me acercó caminando por Olavarría, gritando; empieza a hacer movimientos obscenos; se bajó el pantalón y me muestra sus partes íntimas; me agarra la cara; yo lo empujo y se me caen los auriculares; entonces me cruzo al bulevar”, le contó la víctima a AZM Tv.

Para ella, esto solo sería el principio de una pesadilla. La víctima marcó el 101 y dio su ubicación, guardando el celular en el buzo que llevaba y dejando abierta la llamada. Nadie respondió.

A todo esto, “el sujeto me corre, agarra un bloque y me lo tira. Veo un señor parado sobre la Roca y voy allá porque había gente…él me sigue corriendo. Empezamos a forcejear… no a forcejear sino que yo trataba de evitarlo. En eso veo que viene el colectivo y me subo; él se sube detrás mío y se me viene encima. Yo le doy patadas y piñas para empujarlo y sacármelo de encima. Y mientras me decía groserías; luego quiere bajar por la puerta de adelante; va y viene hasta que baja por la puerta de atrás”.

A todo esto la policía nunca fue, siendo que a tres cuadras de allí funciona el Centro de Monitoreo. La víctima llamó al mediodía y como le dijeron que no hubo robo, “ni pasó nada, quedaba a criterio mío hacer la denuncia. Ahora más tranquila me decido a hacer la denuncia”.

La mujer contó que sentía “mucha impotencia porque hay gente alrededor que no hacía nada. Hay que hacer algo. La mujer chofer le pedía que se bajara, pero después nadie se acercó para preguntarme si necesitaba algo; si estaba bien… cero empatía. No es que no me pasó nada; me quitaron la seguridad de andar por la calle; es grave. Si le hubiera pasado a alguna de mis hijas no sé si estaría hablando tranquila. No hay que normalizar esto”.

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